Pareja:
YooSu
Autora:
Ariel
Extensión:
Serial
Género:
Romance
Resumen: Park Yoochun por fin cree haber encontrado el amor de su vida. Sin
embargo y a pesar de estar enamorado locamente, ya no está con ella y aquello
lo consume día a día. ¿Que hará nuestro Park Yoochun para recuperar el amor de
su vida? ¿Logrará volver a estar con ella u otra persona entrará a esta
historia de amor?
Capitulo 1: I love you
Micky,
look, it’s me… I just… I can’t do this anymore…
I’m sorry I’m doing it this way… Yeah... Look,
I gotta go… Bye….
Aquellas fueron las últimas palabras de la mujer que amé locamente por
mucho tiempo y que se clavó en mi corazón como nunca nadie lo había hecho. No
sabía exactamente las razones por la cuales ella decidió irse y terminar
nuestra relación. En aquel momento solo sabía que se había vuelto a los Estados
Unidos donde según ella siempre perteneció.
Deje todo por ella; mi carrea en Corea, mi familia, mis amigos y JYJ. Al
principio los chicos no entendían como yo, Park Yoochun, me había enamorado locamente de una Americana
durante una de nuestras giras. Mi única respuesta era que había encontrado el
amor de mi vida y no la dejaría escapar.
Luego de terminar la gira debíamos volver a Corea por lo cual nuestra
pequeña pero profunda relación comenzó a crecer a base de mensajitos e
internet. A los tres meses de conocerla, no soportaba el hecho de no poder verla
ni estar con ella, así que sin mucho pensarlo agarré mis cosas y partí a los
Estados Unidos para comenzar una nueva vida con ella. Mi familia me dio todo el
apoyo, mientras que muchas de las agencias a las que pertenecía me ofrecieron
muchas más oportunidades a cambio de quedarme en Corea, ofertas que obviamente
rechace por su amor. En el grupo, Junsu me prestó todo el apoyo, me decía que
pocas veces él me había visto tan enamorado como en aquel momento y que debía
seguir mis sueños, en especial a la persona que amaba. En cambio, Jaejoong no
quería que me fuera de Corea e intentó persuadirme de todas las formas
posibles, pero aun así tuvo que resignarse y aceptar mi decisión de irme.
Los primeros meses con Charlotte fueron fabulosos y quizás los mejores
de mi vida hasta ese momento. Nos compramos un acogedor departamento en el
centro de California, donde el paisaje y la dulce compañía de ella eran el mejor
complemento para mi corazón, quien hasta ese momento nunca había amado de tal
manera como a esa rubia.
Charlotte era modelo, como no, si con aquel metro ochenta de estatura y
esos rubios rizos que caían sobre sus hombros deslumbraba en toda pasarela que
pisaba. Su buen humor y simpatía con todo tipo de gente, hacían que ella fuera
aun más especial ante mis ojos. Me sentía cómodo y afortunado de estar con
ella, y consideraba que ella era lo que siempre le había faltado a mi vida.
Mi agencia en Corea me hizo contacto con agencias en América, quienes no
demoraron en ofrecerme roles protagónicos tanto en series como en películas.
Acepté el rol en una serie, donde de apoco me fui ganando la amistad de mis
compañeros de trabajo aunque nunca pude formar los mismos lazos de amistad como los que tenia con TVXQ.
Los planes de matrimonio y porque no mencionar los planes de tener una
familia comenzaron a aparecer en nuestras conversaciones. Me proyectaba con
ella en el futuro y me imaginaba las situaciones más cotidianas con ella, como
peleando cada día por las travesuras de nuestros futuros hijos.
Cuando los chicos venían a visitarme nuestra relación seguía como
siempre. En cada ocasión que Jae venía a mi casa, me apartaba del grupo y me
rogaba que volviera a Corea. Yo siempre terminaba dándole las mismas razones
por la cual no volvería, que eran que amaba profundamente a Charlotte y yo me
sentía plenamente feliz con ella y con mi nueva vida. Todo esto le producía a Jae
un poco de frustración pero no había modo que yo cambiaría las cosas, el solía decir que si yo
estaba feliz, el también tendría que estar feliz.
El primer año de nuestra relación se cumplió y le ofrecí a Charlotte que
viajáramos a Corea de vacaciones pero ella se negó excusándose que tenía mucho
trabajo, en aquella instancia la comprendí. Realmente yo necesitaba unas
pequeñas vacaciones donde mi familia pero ella me rogo que no fuera solo ya que
ella se sentiría muy sola. Acepté a ojos cerrados lo que me pidió ya que la
amaba locamente.
Ya se cumpliría casi un año y medio de nuestra relación y como cualquier
pareja teníamos nuestras peleas cuales yo no les tomaba tanta atención pero
según ella las afectaban mucho. Eso me hacía sentir mal como hombre ya que con
cada pelea que teníamos, nuestro amor perdía un poco de pasión.
A pesar de las peleas igual la seguía amando profundamente como desde
aquella noche en donde nos conocimos bailando en la disco de un hotel en
California. Ella fingió toda la noche no conocerme ni menos conocer a Jae ni a
Junsu. Cuando le pregunte si conocía a JYJ, río preguntándome si aquello era
algún tipo de comida típica coreana. Jae y Junsu se encontraban en la esquina
del bar, el primero en un estado ebrio crítico y el segundo escapando del acoso
de unos jóvenes. Ella se estaba hospedando en el mismo hotel y yo no la había
visto durante toda aquella semana que estábamos ahí. Las luces y el alcohol
hicieron que nuestros cuerpos se juntaran aun más mientras bailábamos y
cautivándonos uno al otro. Cuando ambos ya no resistíamos más pasión entre
nuestros cuerpos la propuse una invitación a su cuarto, la cual no negó por ni
un segundo y tomados de las manos corrimos como dos niños por los pasillos del
hotel buscando su habitación. Al entrar los besos comenzaron a sofocarnos y en
unos de aquellos apasionados besos salió un “Micky me encantas”. Sorprendido me aleje de ella, yo no le había mencionado nada sobre mi sobrenombre y en un
cierto tono de risa le pregunte “¿Acaso no sabias quien era yo?”. Soltó una
risa nerviosa y me explicó que no quería decirme ya que si yo sabía que ella
era una fan, me alegaría de ella. Entre besos y abrazos le explique que no la
dejaría y así fue como durante toda la noche no me despegue ni un centímetro de
su cuerpo mientras hacíamos el amor.
Ya había terminado de grabar la serie en los Estados Unidos cuando recibí
una llamada de Corea ofreciéndome un protagónico en un nuevo dorama que
prometía ser un éxito. Respondí que pensaría la oferta y a los minutos me llamó
Jae pidiéndome que aceptara el papel ya que aquello nos ayudaría a
promocionarnos mucho más. Me negué al principio, ya tenía mi vida en otra parte
y no quería dar un paso atrás, pero él insistió e insistió, e igualmente como a
la agencia le dije que pensaría la oferta. Mi pasión era la actuación y de un
cierto modo extrañaba mi antiguo modo de vida coreana. Lo hablé con
Charlotte, no se notaba muy convencida a decir verdad, ella igual tenía su vida
y trabajo en California. Después de una semana hablando con ella aceptó que nos
mudáramos a Corea a cambio que yo le encontrara trabajo. Trabajo que ya tenía
asegurado por el solo hecho de ser mi novia.
Las primeras semanas en Corea todo estuvo bien para nosotros dos, nueva
casa y a mi familia le agradaba mi novia. A Jae y a Junsu los veía regularmente
y cada vez que tenía algún día libre hacíamos las mismas cosas que solíamos
hacer cuando yo era soltero, como ir a beber a cualquier bar a mitad de noche y
jugar videos juegos todo el día en la casa de Junsu. Todo aquello hacia
molestar a Charlotte ya que no le agradaba mucho el hecho que me divirtiera con
otras personas que no fuera ella y los celos en ella comenzaron aparecer al
igual que los míos. Yo sabía que al igual que mi trabajo, ella debía abrazar y
besar sus compañeros de trabajo, pero cuando unos mensajitos secretos
comenzaron a sonar en su celular, la situación entre nosotros empeoró.
Obviamente, yo revisaba su celular secreta y constantemente pero nunca
encontré algún mensaje que me hiciera desconfiar de mi novia.
Con Jae pasaba la mayor parte de tiempo libre, como no, si él es mi
soulmate y es él quien mejor me conoce. Muchas veces cuando yo le contaba sobre
mis peleas con Charlotte, él me aconsejaba que lo más apropiado era romper
nuestra relación. Yo solo lo escuchaba y no le respondía nada mas, yo la amaba
aun con sus defectos y no quería perderla.
Pero todo nuestro cuento feliz de hadas de un día para otro desvaneció.
En la noche anterior de su partida habíamos tenido una nueva pelea por celos
por parte de ambos. En aquel momento colapsé y la deje sola en nuestro nuevo hogar.
Partí sin rumbo definido y termine en la casa de Jaejoong bebiendo hasta el
amanecer. Mi celular sonó a las doce del día despertándome, era ella. Pensé que
sería como siempre son nuestras reconciliaciones, donde yo le llevo flores, la
lleno de besos y le pido que ambos olvidemos lo ocurrido, pero aquella vez no
fue igual a las otras. Se fue de mi lado sin darme alguna respuesta de que
porque me había dejado. Una amiga de ella después de tanto insistirle, me contó
que ella se había vuelto a su país.
Llore y llore por las noches ocultando mis penas en mi música y alcohol.
Mis tristes melodías trataban de ella, cada nota era por ella y para ella. Me
odiaba a mi mismo por haberla perdido, ella era mi más preciado regalo que
había llegado para salvarme de todas mis penurias vividas. Ella había sido
hasta aquel momento el amor de mi vida, con quien me proyectaba e incluso había
cambiado mi loco estilo de vida por solo estar a su lado. Comencé a autodestruirme ya que me sentía la basura más asquerosa del mundo por el solo hecho
de haber perdido al amor de mi vida.
Aquellos meses separados la llame miles de veces pero no contestaba mis
llamadas e incluso muchas ocasiones yo la llamaba de otros números pero al solo hecho de
escuchar mi tono de voz colgaba. Al sentir su rechazo, simplemente yo lanzaba lejos
mi celular, trataba de cerrar mis ojos y bloquear mis pensamientos sobre ella. La depresión por su partida se comenzó a notar en mi cuerpo; mis piernas
y brazos se adelgazaron notablemente mientras que mi rostro se demacraba aun
más con cada día que pasaba sin ella. Llegue al punto que en el que ya no podía
estar más sin ella así que tome la decisión de ir a buscarla.
Era obvio que ella había vuelto a California y específicamente a nuestro
departamento, era el único lugar donde ella podía estar. Al llegar a California
llame a su teléfono y por alguna extraña razón me contestó.
-¿Alo?- contestó en tono indiferente.
- Hola Charly ¿Cómo estás?- mi voz flaqueo por algunos instantes al escuchar
su voz en mucho tiempo.
- Hola Micky…. Bien - suspiró y se dio una pausa - y... ¿Tu como estas?-
- Mmm- omití la respuesta, era obvio que estaba mal - Charlotte …- tome un poco de aire y fuerzas para seguir- estoy en California y te iré a ver a
nuestra casa, no te estoy preguntando si me quieres ver -
- No quiero verte Micky - gritó alterada
- estamos mejor así los dos… -
- Pero Charly…- las lagrimas en mis ojos ya se venían venir y trataba de
tragarme mi nudo en la garganta.
- No Micky… ¡lo nuestro se terminó y no quiero
verte! - gritó aun más
desesperada, yo ya veía venir que ella cortaría la llamada.
-Vas a tener que hacerlo igualmente porque estoy
en la puerta de nuestro departamento…- dándome fuerzas puse la llave en la puerta y se abrió dejando ver
nuestro hogar que estaba como lo habíamos dejado antes de irnos a Corea - Charly...- mi corazón latía a mil a ver
la triste realidad -¡¿Dónde estás?!-
-Micky… como te das cuenta nunca he dejado Corea…-
Mi temblorosa mano intentaba sujetar mi celular a la altura de mi oreja
pero todo lo que estaba ocurriendo podía hacer que yo me desplomara en
cualquier momento. Como se hacía presagiar, mis temblores hicieron que mi
celular cayera al suelo terminándose nuestra llamada.
Me sentía aun peor al saber que Charlotte siempre estuvo a mi lado, en
Corea y nunca pude volver a verla ni saber de ella. Derrotado camine hacia
nuestro dormitorio y sin ánimos de nada me lance sobre nuestra cama.
Continuará.....
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