domingo, 7 de diciembre de 2014

You´re my Miracle





Pareja: YooSu
Autora: Ariel
Extensión: Serial
Género: Romance

Resumen: Park Yoochun por fin cree haber encontrado el amor de su vida. Sin embargo y a pesar de estar enamorado locamente, ya no está con ella y aquello lo consume día a día. ¿Que hará nuestro Park Yoochun para recuperar el amor de su vida? ¿Logrará volver a estar con ella u otra persona entrará a esta historia de amor?

Capitulo 1:  I love you

Micky, look, it’s me… I just… I can’t do this anymore… 

I’m sorry I’m doing it this way… Yeah... Look, I gotta go… Bye….


Aquellas fueron las últimas palabras de la mujer que amé locamente por mucho tiempo y que se clavó en mi corazón como nunca nadie lo había hecho. No sabía exactamente las razones por la cuales ella decidió irse y terminar nuestra relación. En aquel momento solo sabía que se había vuelto a los Estados Unidos donde según ella siempre perteneció.

Deje todo por ella; mi carrea en Corea, mi familia, mis amigos y JYJ. Al principio los chicos no entendían como yo, Park Yoochun,  me había enamorado locamente de una Americana durante una de nuestras giras. Mi única respuesta era que había encontrado el amor de mi vida y no la dejaría escapar.


Luego de terminar la gira debíamos volver a Corea por lo cual nuestra pequeña pero profunda relación comenzó a crecer a base de mensajitos e internet. A los tres meses de conocerla, no soportaba el hecho de no poder verla ni estar con ella, así que sin mucho pensarlo agarré mis cosas y partí a los Estados Unidos para comenzar una nueva vida con ella. Mi familia me dio todo el apoyo, mientras que muchas de las agencias a las que pertenecía me ofrecieron muchas más oportunidades a cambio de quedarme en Corea, ofertas que obviamente rechace por su amor. En el grupo, Junsu me prestó todo el apoyo, me decía que pocas veces él me había visto tan enamorado como en aquel momento y que debía seguir mis sueños, en especial a la persona que amaba. En cambio, Jaejoong no quería que me fuera de Corea e intentó persuadirme de todas las formas posibles, pero aun así tuvo que resignarse y aceptar mi decisión de irme.

Los primeros meses con Charlotte fueron fabulosos y quizás los mejores de mi vida hasta ese momento. Nos compramos un acogedor departamento en el centro de California, donde el paisaje y la dulce compañía de ella eran el mejor complemento para mi corazón, quien hasta ese momento nunca había amado de tal manera como a esa rubia.

Charlotte era modelo, como no, si con aquel metro ochenta de estatura y esos rubios rizos que caían sobre sus hombros deslumbraba en toda pasarela que pisaba. Su buen humor y simpatía con todo tipo de gente, hacían que ella fuera aun más especial ante mis ojos. Me sentía cómodo y afortunado de estar con ella, y consideraba que ella era lo que siempre le había faltado a mi vida.

Mi agencia en Corea me hizo contacto con agencias en América, quienes no demoraron en ofrecerme roles protagónicos tanto en series como en películas. Acepté el rol en una serie, donde de apoco me fui ganando la amistad de mis compañeros de trabajo aunque nunca pude formar los mismos lazos de amistad como los que tenia con TVXQ.

Los planes de matrimonio y porque no mencionar los planes de tener una familia comenzaron a aparecer en nuestras conversaciones. Me proyectaba con ella en el futuro y me imaginaba las situaciones más cotidianas con ella, como peleando cada día por las travesuras de nuestros futuros hijos.

Cuando los chicos venían a visitarme nuestra relación seguía como siempre. En cada ocasión que Jae venía a mi casa, me apartaba del grupo y me rogaba que volviera a Corea. Yo siempre terminaba dándole las mismas razones por la cual no volvería, que eran que amaba profundamente a Charlotte y yo me sentía plenamente feliz con ella y con mi nueva vida. Todo esto le producía a Jae un poco de frustración pero no había modo que yo  cambiaría las cosas, el solía decir que si yo estaba feliz, el también tendría que estar feliz.
El primer año de nuestra relación se cumplió y le ofrecí a Charlotte que viajáramos a Corea de vacaciones pero ella se negó excusándose que tenía mucho trabajo, en aquella instancia la comprendí. Realmente yo necesitaba unas pequeñas vacaciones donde mi familia pero ella me rogo que no fuera solo ya que ella se sentiría muy sola. Acepté a ojos cerrados lo que me pidió ya que la amaba locamente.

Ya se cumpliría casi un año y medio de nuestra relación y como cualquier pareja teníamos nuestras peleas cuales yo no les tomaba tanta atención pero según ella las afectaban mucho. Eso me hacía sentir mal como hombre ya que con cada pelea que teníamos, nuestro amor perdía un poco de pasión.

A pesar de las peleas igual la seguía amando profundamente como desde aquella noche en donde nos conocimos bailando en la disco de un hotel en California. Ella fingió toda la noche no conocerme ni menos conocer a Jae ni a Junsu. Cuando le pregunte si conocía a JYJ, río preguntándome si aquello era algún tipo de comida típica coreana. Jae y Junsu se encontraban en la esquina del bar, el primero en un estado ebrio crítico y el segundo escapando del acoso de unos jóvenes. Ella se estaba hospedando en el mismo hotel y yo no la había visto durante toda aquella semana que estábamos ahí. Las luces y el alcohol hicieron que nuestros cuerpos se juntaran aun más mientras bailábamos y cautivándonos uno al otro. Cuando ambos ya no resistíamos más pasión entre nuestros cuerpos la propuse una invitación a su cuarto, la cual no negó por ni un segundo y tomados de las manos corrimos como dos niños por los pasillos del hotel buscando su habitación. Al entrar los besos comenzaron a sofocarnos y en unos de aquellos apasionados besos salió un “Micky me encantas”. Sorprendido me aleje de ella, yo no le había mencionado nada sobre mi sobrenombre y en un cierto tono de risa le pregunte “¿Acaso no sabias quien era yo?”. Soltó una risa nerviosa y me explicó que no quería decirme ya que si yo sabía que ella era una fan, me alegaría de ella. Entre besos y abrazos le explique que no la dejaría y así fue como durante toda la noche no me despegue ni un centímetro de su cuerpo mientras hacíamos el amor.

Ya había terminado de grabar la serie en los Estados Unidos cuando recibí una llamada de Corea ofreciéndome un protagónico en un nuevo dorama que prometía ser un éxito. Respondí que pensaría la oferta y a los minutos me llamó Jae pidiéndome que aceptara el papel ya que aquello nos ayudaría a promocionarnos mucho más. Me negué al principio, ya tenía mi vida en otra parte y no quería dar un paso atrás, pero él insistió e insistió, e igualmente como a la agencia le dije que pensaría la oferta. Mi pasión era la actuación y de un cierto modo extrañaba mi antiguo modo de vida coreana. Lo hablé con Charlotte, no se notaba muy convencida a decir verdad, ella igual tenía su vida y trabajo en California. Después de una semana hablando con ella aceptó que nos mudáramos a Corea a cambio que yo le encontrara trabajo. Trabajo que ya tenía asegurado por el solo hecho de ser mi novia.

Las primeras semanas en Corea todo estuvo bien para nosotros dos, nueva casa y a mi familia le agradaba mi novia. A Jae y a Junsu los veía regularmente y cada vez que tenía algún día libre hacíamos las mismas cosas que solíamos hacer cuando yo era soltero, como ir a beber a cualquier bar a mitad de noche y jugar videos juegos todo el día en la casa de Junsu. Todo aquello hacia molestar a Charlotte ya que no le agradaba mucho el hecho que me divirtiera con otras personas que no fuera ella y los celos en ella comenzaron aparecer al igual que los míos. Yo sabía que al igual que mi trabajo, ella debía abrazar y besar sus compañeros de trabajo, pero cuando unos mensajitos secretos comenzaron a sonar en su celular, la situación entre nosotros empeoró. Obviamente, yo revisaba su celular secreta y constantemente pero nunca encontré algún mensaje que me hiciera desconfiar de mi novia.

Con Jae pasaba la mayor parte de tiempo libre, como no, si él es mi soulmate y es él quien mejor me conoce. Muchas veces cuando yo le contaba sobre mis peleas con Charlotte, él me aconsejaba que lo más apropiado era romper nuestra relación. Yo solo lo escuchaba y no le respondía nada mas, yo la amaba aun con sus defectos y no quería perderla.

Pero todo nuestro cuento feliz de hadas de un día para otro desvaneció. En la noche anterior de su partida habíamos tenido una nueva pelea por celos por parte de ambos. En aquel momento colapsé y la deje sola en nuestro nuevo hogar. Partí sin rumbo definido y termine en la casa de Jaejoong bebiendo hasta el amanecer. Mi celular sonó a las doce del día despertándome, era ella. Pensé que sería como siempre son nuestras reconciliaciones, donde yo le llevo flores, la lleno de besos y le pido que ambos olvidemos lo ocurrido, pero aquella vez no fue igual a las otras. Se fue de mi lado sin darme alguna respuesta de que porque me había dejado. Una amiga de ella después de tanto insistirle, me contó que ella se había vuelto a su país.


Llore y llore por las noches ocultando mis penas en mi música y alcohol. Mis tristes melodías trataban de ella, cada nota era por ella y para ella. Me odiaba a mi mismo por haberla perdido, ella era mi más preciado regalo que había llegado para salvarme de todas mis penurias vividas. Ella había sido hasta aquel momento el amor de mi vida, con quien me proyectaba e incluso había cambiado mi loco estilo de vida por solo estar a su lado. Comencé a autodestruirme ya que me sentía la basura más asquerosa del mundo por el solo hecho de haber perdido al amor de mi vida.

Aquellos meses separados la llame miles de veces pero no contestaba mis llamadas e incluso muchas ocasiones yo la llamaba  de otros números pero al solo hecho de escuchar mi tono de voz colgaba. Al sentir su rechazo, simplemente yo lanzaba lejos mi celular, trataba de cerrar mis ojos y bloquear mis pensamientos sobre ella. La depresión por su  partida se comenzó a notar en mi cuerpo; mis piernas y brazos se adelgazaron notablemente mientras que mi rostro se demacraba aun más con cada día que pasaba sin ella. Llegue al punto que en el que ya no podía estar más sin ella así que tome la decisión de ir a buscarla.

Era obvio que ella había vuelto a California y específicamente a nuestro departamento, era el único lugar donde ella podía estar. Al llegar a California llame a su teléfono y por alguna extraña razón me contestó.

-¿Alo?- contestó en tono indiferente.
- Hola Charly ¿Cómo estás?- mi voz flaqueo por algunos instantes al escuchar su voz en mucho tiempo.
- Hola Micky…. Bien - suspiró y se dio una pausa - y... ¿Tu como estas?-
- Mmm- omití la respuesta, era obvio que estaba mal - Charlotte …- tome un poco de aire y fuerzas para seguir- estoy en California y te iré a ver a nuestra casa, no te estoy preguntando si me quieres ver -
- No quiero verte Micky - gritó alterada - estamos mejor así los dos… -
- Pero Charly…- las lagrimas en mis ojos ya se venían venir y trataba de tragarme mi nudo en la garganta.
- No Micky… ¡lo nuestro se terminó y no quiero verte! - gritó aun más desesperada, yo ya veía venir que ella cortaría la llamada.
-Vas a tener que hacerlo igualmente porque estoy en la puerta de nuestro departamento…- dándome fuerzas puse la llave en la puerta y se abrió dejando ver nuestro hogar que estaba como lo habíamos dejado antes de irnos a Corea - Charly...- mi corazón latía a mil a ver la triste realidad -¡¿Dónde estás?!-
-Micky… como te das cuenta nunca he dejado Corea…-
Mi temblorosa mano intentaba sujetar mi celular a la altura de mi oreja pero todo lo que estaba ocurriendo podía hacer que yo me desplomara en cualquier momento. Como se hacía presagiar, mis temblores hicieron que mi celular cayera al suelo terminándose nuestra llamada.

Me sentía aun peor al saber que Charlotte siempre estuvo a mi lado, en Corea y nunca pude volver a verla ni saber de ella. Derrotado camine hacia nuestro dormitorio y sin ánimos de nada me lance sobre nuestra cama.

Continuará.....

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