Mientras
estábamos en nuestro avión de regreso a Corea pensaba que tendría que debería
cambiar mi actitud hacia Junsu. Ahora ambos nos conocíamos mucho más al otro,
antes solamente fingía escucharlo mientras él me ha escuchado y apoyado desde
que nos conocimos. Su infantil e inocente sonrisa hacia curar mis heridas que
de a poco iban desapareciendo.
Al
atardecer lo dejé en su casa prometiéndole que lo vería al día siguiente, subí
el ascensor feliz y un poco recuperado de toda aquella vieja depresión. Se
abrió el ascensor, con toda calma di unos pasos y ahí estaba ella sentada a la
puerta de mi departamento. Mi corazón latió muy fuerte al solo verla por
primera vez en meses y de forma inconsciente comencé a caminar hacia ella.
Charlotte estaba con su rostro hacia abajo , aun no viendo su rostro por
completo me di cuenta que seguía igual de hermosa como siempre fue, nada había
cambiado en ella, incluso su tierna mirada seguía intacta y no se había dado
cuenta de mi presencia hasta que quedé en frente de ella.
-Micky… te he venido a buscar por
días por si llegabas…- suspiró levantando su rostro maltratado por el
cansancio.
-Charly…
me dijeron que te fuiste…. ¡¿porque nunca volviste?! - me exalté levantándola
de sus brazos y dejándola en frente mío.
-Micky nunca me fui… - suspiró
desviando su mirada hacia un lado - no importa la razón por la que me quede sino
por la cual estoy aquí -
-Charly…- tome su rostro
dejándolo frente al mío, donde podía sentir su respiración alterada.
-Yoochun
nunca debí dejarte, me siento la persona más horrible del mundo -
Con
solo el hecho de mirarla a los ojos, el amor por ella se volvió a meter en mi
corazón. Sus ojos grises se penetraron en los míos, capturándome nuevamente con
su belleza. Mis brazos deseaban rodear su cuerpo, pero mi corazón no sabía si
aquello seria lo correcto, debía ser precavido en cada cosa que hacía o decía.
Seguíamos mirándonos fijamente como dos estatuas hasta que ella soltó una
sonrisa que hizo que inevitablemente la abrazará. Ella respondió a mi cálido
abrazo y sin decirnos nada nos dimos cuenta que ambos nos seguíamos amando
locamente como antes.
Al
día siguiente despertamos desnudos uno junto al otro, habíamos hecho el amor en
señal de nuestra reconciliación. Sin ánimos tome mi celular solo para saber la
hora y me di cuenta que tenía muchas llamadas perdidas de Junsu y varios
mensajes que decían “Chunnie ¿Dónde estás?, “Me voy a ir si no llegas en
media hora” y el ultimo decía “No sé porque no viniste pero ya me fui,
nos vemos luego”. Inconscientemente golpeé mi cabeza con mi mano, había
olvidado que yo había invitado a Junsu a jugar golf aquella mañana. Él llegó y
yo nunca aparecí en el lugar que yo mismo le pedí que fuera, lo más seguro es
que se aburrió de esperarme y se volvió triste a su hogar. Con el regreso de
Charlotte había perdido la memoria nuevamente. Me sentía dichos de volver a
estar con ella. Todo pasaba por alguna razón y quizás su regreso significaba
otra oportunidad para demostrarle todo lo que yo podía entregarle.
Me
sentía mal por haber olvidado nuestro encuentro. Lo llame y me confirmó lo que
pensaba, él estuvo más de dos horas esperando por mí a la entrada del club de
golf y al no verme se marchó. Lo había decepcionado como amigo así que partí a
su departamento. Con
solo verme en la puerta de su casa, él sonrió sin ningún reproche. Le pedí
disculpas por mi olvido y las aceptó sin ninguna condición, aunque en realidad
tarde un poco en contarle el verdadero motivo por el cual no había asistido a
nuestro encuentro.
-Junsu ¿Quieres saber quién
estaba en la puerta de mi casa ayer esperándome?- le pregunté interrumpiendo
nuestro sabroso almuerzo.
-¿Jae?..¿Tu hermano? ¿Jae ebrio? - río a preguntar lo último.
-¿Jae?..¿Tu hermano? ¿Jae ebrio? - río a preguntar lo último.
-No,
ninguno de ellos. Era Charly - bajé mi cabeza y seguí revolviendo mi plato de
ramen.
-¡¿Ah?!- se exaltó - Pero si
ella…. - y desde que escuchó su nombre, el tono de Junsu cambio rotundamente.
-Sí, ella siempre estuvo acá en
Corea - afirme con la cabeza.
-Pero ella… - frunciendo el
ceño-¡No tiene el derecho para aparecerse cuando a ella se le plazca!- enojado
golpeó la mesa con sus palillos.
-Junsu tienes razón pero tú sabes
que siento por ella…-
-¡Si
y aun así se aparece solo cuando ella te necesita, no cuando tú la necesitabas! -
Junsu
no se notaba muy convencido que yo le abriera mis brazos a Charly nuevamente.
Ella había sido un pilar importante en mi vida y yo debía aprovechar esta nueva
oportunidad y hacer que ella se quedara para siempre conmigo.
Charly
había vuelto a mi vida y también había vuelto aquella felicidad que solo sentía
estando a su lado. Volvimos a vivir juntos y nuestros sueños juntos de nuevo
aparecieron pero aun yo seguía con un cierto temor. Tomando todo esto de una
forma madura traté de no apegarme tanto a Charlotte como la primera vez. Yo
había sufrido mucho por ausencia y todo ese tiempo separado de ella me había
ayudado para crecer.
Nuestra
vida volvió a ser como la de antes, o eso pensaba yo, unos dos locos y
apasionados enamorados. Charly seguía trabajando como modelo y estaba
comenzando con un nuevo dorama. Mi relación con mis amigos se hizo más profunda
y yo comencé a dedicar mucho más de tiempo libre con ellos. Comprendí que
Charly no era el centro de mi universo y que ambos debíamos tener nuestro
espacio.
Las
tarde de vídeos juegos en la casa de Junsu se hicieron aun mas contantes. Ya no
solo yo lo buscaba para pasar un rato a solas sino también él se estaba
haciendo el hábito de buscarme a cualquier hora y con cualquier excusa. Yo buscaba
la compañía de Junsu porque él me hacía feliz con solo su presencia. Su sonrisa
hacia mi sonrisa florecer y sus pucheros eran su mejor arma cuando él quería
convencerme de hacer algo.
Mi relación con
Charlotte seguía igualmente con nuestras habituales peleas y reconciliaciones
aunque menos constantes que antes. Trataba de convencerme a mí mismo que si
ella había regresado era porque estaba escrito que nosotros debíamos estar
juntos, pero comencé a sentir que nuestra relación no tenía la misma intensidad
que antes. La quería, no lo podía negar pero ya consideraba que ella no era
esencial en mi vida, que podía vivir sin ella. Prefería pasar el tiempo con mis
amigos, en especial con Junsu quien me entendía y tenía el tiempo necesario
para mí.
Continuará......
No hay comentarios:
Publicar un comentario