martes, 30 de diciembre de 2014

You´re my Miracle - Capitulo 3: White Lies



Mientras estábamos en nuestro avión de regreso a Corea pensaba que tendría que debería cambiar mi actitud hacia Junsu. Ahora ambos nos conocíamos mucho más al otro, antes solamente fingía escucharlo mientras él me ha escuchado y apoyado desde que nos conocimos. Su infantil e inocente sonrisa hacia curar mis heridas que de a poco iban desapareciendo.

Al atardecer lo dejé en su casa prometiéndole que lo vería al día siguiente, subí el ascensor feliz y un poco recuperado de toda aquella vieja depresión. Se abrió el ascensor, con toda calma di unos pasos y ahí estaba ella sentada a la puerta de mi departamento. Mi corazón latió muy fuerte al solo verla por primera vez en meses y de forma inconsciente comencé a caminar hacia ella. Charlotte estaba con su rostro hacia abajo , aun no viendo su rostro por completo me di cuenta que seguía igual de hermosa como siempre fue, nada había cambiado en ella, incluso su tierna mirada seguía intacta y no se había dado cuenta de mi presencia hasta que quedé en frente de ella.

-Micky… te he venido a buscar por días por si llegabas…- suspiró levantando su rostro maltratado por el cansancio.


-Charly… me dijeron que te fuiste…. ¡¿porque nunca volviste?! - me exalté levantándola de sus brazos y dejándola en frente mío.

-Micky nunca me fui… - suspiró desviando su mirada hacia un lado - no importa la razón por la que me quede sino por la cual estoy aquí -

-Charly…- tome su rostro dejándolo frente al mío, donde podía sentir su respiración alterada.

-Yoochun nunca debí dejarte, me siento la persona más horrible del mundo -

Con solo el hecho de mirarla a los ojos, el amor por ella se volvió a meter en mi corazón. Sus ojos grises se penetraron en los míos, capturándome nuevamente con su belleza. Mis brazos deseaban rodear su cuerpo, pero mi corazón no sabía si aquello seria lo correcto, debía ser precavido en cada cosa que hacía o decía. Seguíamos mirándonos fijamente como dos estatuas hasta que ella soltó una sonrisa que hizo que inevitablemente la abrazará. Ella respondió a mi cálido abrazo y sin decirnos nada nos dimos cuenta que ambos nos seguíamos amando locamente como antes.

Al día siguiente despertamos desnudos uno junto al otro, habíamos hecho el amor en señal de nuestra reconciliación. Sin ánimos tome mi celular solo para saber la hora y me di cuenta que tenía muchas llamadas perdidas de Junsu y varios mensajes que decían “Chunnie ¿Dónde estás?, “Me voy a ir si no llegas en media hora” y el ultimo decía “No sé porque no viniste pero ya me fui, nos vemos luego”. Inconscientemente golpeé mi cabeza con mi mano, había olvidado que yo había invitado a Junsu a jugar golf aquella mañana. Él llegó y yo nunca aparecí en el lugar que yo mismo le pedí que fuera, lo más seguro es que se aburrió de esperarme y se volvió triste a su hogar. Con el regreso de Charlotte había perdido la memoria nuevamente. Me sentía dichos de volver a estar con ella. Todo pasaba por alguna razón y quizás su regreso significaba otra oportunidad para demostrarle todo lo que yo podía entregarle.

Me sentía mal por haber olvidado nuestro encuentro. Lo llame y me confirmó lo que pensaba, él estuvo más de dos horas esperando por mí a la entrada del club de golf y al no verme se marchó. Lo había decepcionado como amigo así que partí a su departamento. Con solo verme en la puerta de su casa, él sonrió sin ningún reproche. Le pedí disculpas por mi olvido y las aceptó sin ninguna condición, aunque en realidad tarde un poco en contarle el verdadero motivo por el cual no había asistido a nuestro encuentro.

-Junsu ¿Quieres saber quién estaba en la puerta de mi casa ayer esperándome?- le pregunté interrumpiendo nuestro sabroso almuerzo.  

-¿Jae?..¿Tu hermano? ¿Jae ebrio? - río a preguntar lo último. 

-No, ninguno de ellos. Era Charly - bajé mi cabeza y seguí revolviendo mi plato de ramen.

-¡¿Ah?!- se exaltó - Pero si ella…. - y desde que escuchó su nombre, el tono de Junsu cambio rotundamente. 

-Sí, ella siempre estuvo acá en Corea - afirme con la cabeza.

-Pero ella… - frunciendo el ceño-¡No tiene el derecho para aparecerse cuando a ella se le plazca!- enojado golpeó la mesa con sus palillos.

-Junsu tienes razón pero tú sabes que siento por ella…-

-¡Si y aun así se aparece solo cuando ella te necesita, no cuando tú la necesitabas! -

Junsu no se notaba muy convencido que yo le abriera mis brazos a Charly nuevamente. Ella había sido un pilar importante en mi vida y yo debía aprovechar esta nueva oportunidad y hacer que ella se quedara para siempre conmigo.

Charly había vuelto a mi vida y también había vuelto aquella felicidad que solo sentía estando a su lado. Volvimos a vivir juntos y nuestros sueños juntos de nuevo aparecieron pero aun yo seguía con un cierto temor. Tomando todo esto de una forma madura traté de no apegarme tanto a Charlotte como la primera vez. Yo había sufrido mucho por ausencia y todo ese tiempo separado de ella me había ayudado para crecer.

Nuestra vida volvió a ser como la de antes, o eso pensaba yo, unos dos locos y apasionados enamorados. Charly seguía trabajando como modelo y estaba comenzando con un nuevo dorama. Mi relación con mis amigos se hizo más profunda y yo comencé a dedicar mucho más de tiempo libre con ellos. Comprendí que Charly no era el centro de mi universo y que ambos debíamos tener nuestro espacio.

Las tarde de vídeos juegos en la casa de Junsu se hicieron aun mas contantes. Ya no solo yo lo buscaba para pasar un rato a solas sino también él se estaba haciendo el hábito de buscarme a cualquier hora y con cualquier excusa. Yo buscaba la compañía de Junsu porque él me hacía feliz con solo su presencia. Su sonrisa hacia mi sonrisa florecer y sus pucheros eran su mejor arma cuando él quería convencerme de hacer algo.

Mi relación con Charlotte seguía igualmente con nuestras habituales peleas y reconciliaciones aunque menos constantes que antes. Trataba de convencerme a mí mismo que si ella había regresado era porque estaba escrito que nosotros debíamos estar juntos, pero comencé a sentir que nuestra relación no tenía la misma intensidad que antes. La quería, no lo podía negar pero ya consideraba que ella no era esencial en mi vida, que podía vivir sin ella. Prefería pasar el tiempo con mis amigos, en especial con Junsu quien me entendía y tenía el tiempo necesario para mí.


Continuará......

No hay comentarios:

Publicar un comentario