Love Bye Love

Love Bye Love

Nombre: Love Bye Love

Autora: Stephanie

Pareja: YooSu – YunJae (mención)

Género: Angst, Romance

Kim Jaejoong me dijo una vez, que el amor es verdaderamente un asco si la persona en la que piensas no corresponde a tus sentimientos. Y es cierto, el amor es un asco, cuando sientes que tus piernas tiemblan, cuando tu corazón se agita dentro de ti o cuando lo ves y tú cara irradia una alegría inmensa al ver a la persona que quieres. Sin embargo, Jaejoong me lo dijo al ser simplemente un hombre soltero, al igual que yo, enamorado de uno de sus mejores amigos. Pero esta historia es distinta, ya que él encontró el amor y comprendió que ese amigo le correspondía de la misma forma, le ama de una manera caballeresca y épica, típica de un cuento de hadas, mientras que yo sigo aun lamentándome por descubrir una tarde como mis sentimientos menguaron en algo fuerte, grande y doloroso a estas alturas hacia Yoochun. 

A veces siento que él sabe de mis sentimientos y de lo mucho que quisiera sacarme esto que guardo en el fondo de mi corazón. No obstante, se comporta igual, como un amigo, como un confidente y sigue siendo leal a mí, y en ese instante, vuelvo a recordar que el amor da asco. 

Yoochun lleva dos años con una actriz, a la cual no sé por qué rayos le tengo un cariño en especial. Ella es hermosa, un poco mayor, pero sobre todo ideal para él, es más, diría que un excelente partido para mi amigo. 

No me sorprendió el hecho de que ellos nos informaran a los cuatro amigos de su boda. Me sorprendió mucho más que Min tomara de mi mano y me mirara con tristeza, yo solamente le respondí con una sonrisa pues no hay nada que hacer. 

¿Puede una persona cambiar sus gustos de un día para otro?

La respuesta puede ser simplemente un No. 

Aunque algunos dicen que la esperanza nunca se pierde.

Pero les cuento algo… yo la perdí. 

La perdí el día en que los vi besándose como una pareja de un verdadero drama, donde él es el galán que trae a todo espectador enamorado y ella una dama, hermosa, atractiva, sonriente y deseando que el amor de su vida corresponda a todo ese amor que ella le tiene que entregar. 

¿Qué puede hacer el amigo incondicional?

Sonreír. No hice nada más que sonreír y desearles de corazón que cada sueño que tengan se cumpla. 

A veces quisiera que los chicos no vinieran a mi casa, y no es que los odies, son mis amigos y los amo, sin embargo, ¿por que vienen con frecuencia ahora que ellos han mencionado la boda?

Patético.

Simplemente patético, pensar que no sufriré al verlo en el altar con ella. 

Lo haré, de seguro mi corazón se romperá en mil pedazos, pero un hombre que se enamora de otro, o al igual una chica, que ama a otra de su mismo sexo, puede pasar por una tragedia de esta envergadura, donde su Romeo elige a la Julieta o todo sucede al revés. 

A veces desearía nunca conocerlo, o no haber llegado a ser tan cercanos, aunque a los minutos me arrepiento pues no niego que he vivido años maravillosos junto a él y todo el grupo.

He recibido un llamado de él.

Juro que no quería contestar y que mis manos sudaban al tomar el teléfono. No obstante, basto una sola palabra para que me dijera que necesitaba de mí y accedí a ir. 

Se veía guapo con su traje de novio y con su cabello peinado frente al espejo. Hablamos de los chicos, de su familia, de ella y de la boda. Sin embargo, antes de detener el auto, se desvío por un camino que nos dejo ver una hermosa panorámica de Seúl.

“Mañana es el gran día” dijo mirando concentradamente el paisaje. 

Sonreí y trate de ser fuerte y que en ese minuto mis lagrimas no salieran. 

“Mañana es el gran día, para mí pero no para ti Junsu ah.”

No había palabra o alguna oración que pudiera formular para él, o para defenderme, sino que deje que siguiera. 

“Mañana cumpliré un sueño Junsu ah, el de casarme, tener una familia, compartir mi vida con la mujer que amo. Sin embargo, mi corazón está dividido, tanto así, que no duermo como corresponde, que pienso de sobre manera la forma de hablar contigo y que me odio cada minuto que pasa un poco más.” 

Di la vuelta para irme de ese lugar, porque no quería escuchar sus palabras. Sus manos, fueron ellas las que me detuvieron y me pidieron que volviera. Volví a pedirle a mi corazón que no llorará y que me mantuviera de pie aun cuando sentía que cada fibra de mi se desasía con sus palabras. 

“Junsu ah, siento que mañana te perderé y no estarás junto a mi nunca más. No sé como podre sonreír al saber que tú estarás triste. No puedo entender porque espere a que llegara este momento para hablarte, pero no tenía el valor. Jaejoong me dijo que todo pasará y que conseguirás a una persona que te ame de verdad. Min me odia, tanto que ni siquiera me habla y dijo que solo iría a la boda por la única razón de que tu iras. Yunho, fue el que más me sorprendió. Me llamo y me invito a beber, hablamos de todo un poco y al final de la conversación me recordó algo hermoso; pase lo que pase, el siempre estará acompañándote, te deseara lo mejor y seguirán siendo amigos.” 

No entendí que rayos quería decir Yunho o él, solamente seguí escuchándolo. 

“Junsu ah, si quieres odiarme, eres libre de hacerlo. Si no quieres hablarme por un buen tiempo, lo comprenderé y no te presionaré, pero júrame que no te iras de mi lado, dime que no te apartas de mí y me dejaras solo.”

Tome el valor y lo afronte, no con rabia ni mero rencor. 

“No estarás solo, estará ella y los chicos, tus futuros hijos y tu familia. Tú nunca estarás solo”. 

No dijo nada más y yo comprendí que la conversación había terminado. 

Camine desde allí hasta el centro de la ciudad, llame a mi madre y volví a casa como un niño pequeño que ha perdido lo más preciado de su infancia y de su vida, su mejor amigo. Llore como un verdadero pequeño en los brazos de mi madre y deje que me consolara y que me recordara otra vez que todo iba a pasar. 

A la mañana siguiente, me vestí con mi traje negro favorito. Subí al auto y encendí la radio. 

Llegue y me senté esperando que los demás llegaran. 

El abrazo cálido de Min, me hizo despertar y sentir que todo esto no era mentira. Trataba de entender que me decía cada vez que sus labios se movían, sin embargo, era como si mis oídos no quisieran reconocer nada fuera de mi cabeza. A los minutos, Jaejoong y Yunho llegaron, saludándome, sintiendo por primera vez que no podría aguantar mis lagrimas cuando las campanas sonaban y dejaban ver a una hermosa mujer a la entrada de la iglesia. Me desplome de una forma sutil, aferrándome a la mano de Min, a mis propios pensamientos, a los recuerdos y a lo que estuviese cerca de mi mente para no verme como el gran perdedor. 

“Sí, acepto.”

Fueron las palabras que aun recuerdo, las que aun me hacen llorar al ver la televisión o cada vez que me levanto. 

Han pasado dos meses de lo sucedido y me he alejado de todo y de todos. 

Han pasado dos meses desde que tome la mejor solución que podría encontrar. 

Trabajar, cantar, bailar y reír. 

Cuatro palabras necesarias para no enfermar. Sigo siendo reconocido en los medios y mis amigos igual. Pero existe una sola diferencia.

Lo perdí

Y para siempre. 

FIN.