lunes, 16 de septiembre de 2013

Capítulo VI: Stand by U

Capítulo VI: Stand by U

¡Heennie!, amor…  – dijo Junsu mientras limpiaba sus ojos rápidamente. Los demás le miraron sorprendido al verlo tan amoroso saludando a ese traidor.

- ¡No sabía que vendrían hoy! – comento Soo Hee sacando sus zapatos en la entrada. Terminado ello espero a Junsu con los brazos abiertos que venía en dirección de él con su característica sonrisa de siempre.

- Te estábamos esperando! … ¡Idiota! – y junto a esas palabras Junsu lanzo un golpe en la cara de su ex novio cayendo el suelo.

Los demás quedaron sorprendidos ya que jamás habían visto esa actitud del delfín, aunque su asombro fue mayor al verlo tirarse el suelo sobre las piernas de él para seguir golpeándolo. Yunho salto del otro lado para separarlos. Soo Hee no hacía nada, se dejaba golpear y había quedado sangrando en uno de todos esos puñetes que Junsu le lanzo. Yoochun se abalanzo contra Junsu sacándolo de encima su ex tomándolo por los brazos y pidiéndole que se tranquilizara.

- ¡Suéltame Yoochun!..., ¡Suéltame!,  ¡Debo matar a este imbécil! – decía pataleando y tratándose de soltarse de sus brazos.

- ¡Tranquilízate Junsu!, no ganaras nada -

- ¡Junsu, ya deja eso! – dijo Jae ayudando a Yunho a levantar a Soo Hee, quien limpiaba su rostro.

- ¿Dime Junsu que te dijeron tus amigos? –

- ¿Cómo que me dijeron?, ¡te vi estúpido…, seduciendo a Changmin! – grito de igual forma enfurecidos hasta los huesos. 

- ¡Pues bien! ¡Ya lo sabes! – comento escupiendo la sangre que salía de su boca -

- ¡Eres ingenuo Junsu!… ¿Cómo puedes creer que alguien te puede querer para algo más que no fuera para aprovecharse de lo tonto que eres? – rio Hee ante esas patadas que lanzaba Junsu, al querer salir de los brazos de Micky.

- ¡No le hables así! – gritó Min.

- ¡Junsu…, quédate con tus amiguitos y sigue con tu grupito de niñitos bonitos!– soltó Soo Hee, soltándose de Yunho y Jae, arreglando sus ropas. - Sabes… va a pasar siempre lo mismo Junsu, todos los hombres con lo que estés querrán tu trasero y tu dinero entiende eso de una bue…- y no alcanzo a terminar de decir algo cuando era Yoochun que le golpeaba ahora en el suelo. Yunho y los demás los separaron.

- ¡Lárgate de aquí!, ¡Ándate!, ¡Sale! – gritaba Junsu, hasta que por fin el traidor se fue dejando a Junsu en los brazos de Yoochun llorando.

Trataron de calmar el dolor y la angustia de Junsu que seguía llorando, diciendo constantemente que quería ir a su casa. Jae tomo un medicamento del botiquín y se lo dio para al cabo de media hora tener al menor durmiendo sobre su hombro.

- Es mejor que lo lleve a su casa – dijo Yoochun.

- No, yo lo llevaré y cuidare de él. Déjenmelo a mí –

- Pero, ¿Cómo te quedaras allá? La mama de Junsu cuidara de él, esta su hermano.

- ¿Cuál es la casa de Junsu? – el pelinegro no entendía lo que Jae quería decirle - el departamento que compartía contigo…  ¡Idiota! -

- Yo … -

- Te ayudo a bajarlo - dijo Yunho recargando a Junsu en sus hombros.

DBSK bajo en conjunto dejando a Junsu en el auto de Jae, mientras que este se despidió de Changmin y después de Yunho con un sola inclinación. Al subirse y comenzar a retroceder, vio a Yoochun al lado de Junsu abrazándolo y recostándolo sobre su pecho. El mayor sin pelear más con Micky decidió que le acompañara en esa estadía en el departamento de Kim para cuidarlo durante toda la noche, sabiendo que los sentimientos y la culpabilidad del ratón seguían latente ante lo ocurrido. 

……………………

Pasaron un par de días cuando Yunho le envió un mensaje a Jae preguntándole si quería almorzar con él pero a cambio recibió un rotundo “no”. Yunho pensaba que quizás Jae sentía vergüenza de salir a lugares públicos con él como solían hacerlo cuando eran pareja, entonces insistió volviéndolo a llamar pero Jae no contestaba. Yunho aburrido del rechazo se dirijo al departamento del menor y espero a que saliera.

Luego de veinte minutos de esperar dentro de su auto, vio la esbelta figura de Jae caminando por el estacionamiento. Avanzo en su coche estacionándose al lado del de Jae sin dejar espacio suficiente para que éste pudiese abrir la puerta de su propio carro, pero si la de él como su copiloto.

- ¡Ten cuidado!, casi rayaste mi auto –tratando de mirar por aquel estrecho espacio entre los dos autos, verificando si existía alguna raya en la pintura.

- Te tengo una sorpresa, ¡Súbete! - apretó un botón a su costado, abriéndose la puerta del copiloto automáticamente.

Haciendo un puchero y mostrando su disgusto Jaejoong se subió al auto. Yunho sabía que cuando tenía esa actitud dominante hacia el menor siempre conseguía que le hiciera caso en lo que él quisiera.

- ¿Hacia dónde vamos? – soltó Jae luego de un rato dentro del auto rompiendo el hielo entre los dos.

- Es secreto - levanto ambas cejas.

Una hora de viaje de le hizo muy larga a Jae por lo que  se acomodo en el asiento del auto y se quedo dormido. Sin embargo su siesta duro muy poco, ya que pasada media hora de haber cerrado sus rasgados ojos Yunho lo despertó.

- ¡Ya! despierta Jae – dijo moviendo suavemente el hombro del durmiente.

- ¿Dónde estamos? – pregunto refregándose sus ojos mientras bostezaba.

- En el parque natural de Seoraksan – respondió apuntando hacia un letrero que estaba sobre un árbol – Alguien quiere verte – agrego.

Lo primero que se le vino a la mente a Jae fue que alguna admiradora querría un autógrafo o alguna foto con él. A pesar de esos pensamientos comenzó a caminar arrastrando sus pies porque todavía seguía con sueño y cansancio tras haberse quedado la noche anterior bebiendo solo en su departamento hasta altas horas de la madrugada. Siguieron caminando cuando Yunho se encontró con un trabajador del lugar. Pensó que eran amigos cercanos aunque no le dedico mayor atención sino que observo la naturaleza. El trabajador le indico a Yunho un camino que debían seguir y emprendieron nuevamente una caminata. Otro nuevo pensamiento se cruzo por la mente de Jae, creyendo en la posibilidad de que Yunho había arrendado una cabaña en medio de la nada para disponer de él como quisiese. Si bien eso no sería extraño; ver al mayor caminar unos pasos más delante de él, para después verlo correr hacia unos árboles con sus brazos extendidos y achicando aun más sus ojos al ver al ciervo, eso sí le sorprendió.  

- ¡Bambi! – gritó mientras corría hacia su pequeño amigo, quien al verlo avanzo hacia él igualmente. Saco unas bellotas de su bolsillo y Bambi las comió desde su mano.

Jae miraba la escena con una sonrisa de oreja a oreja, avergonzándose por las ideas que habían pasado por su mente en torno al misterioso viaje de Yunho. Al dejar que el ciervo terminar de comer sus bellotas fue donde él y le dio un caluroso abrazo, observando lo bastante crecido que estaba, e incluso como se le notaban unos pequeños cuernos sobre su cabeza.

- He venido a visitarlo cada vez que tengo tiempo libre y eso ha sido mucho últimamente. – dijo de un minuto a otro – Yo no sabía si podía llamarte para invitarte – se distrajo al ver como Bambi huyo a los pies de Jaejoong.

- Me lo hubieras dicho desde un principio, que sabias donde estaba Bambi hubiese venido volando Yunho – comento acariciando la cabeza del ciervo que tocaba sus tobillos.

Ambos se quedaron un buen rato jugando con el ciervo y sus miradas muchas veces se encontraron, pero avergonzados de ese contacto visual, volvían su atención a Bambi para disimular. A pesar de eso se seguían mirando o muchas veces sus manos se rozaban cuando acariciaban el pelaje marrón de animal.

La tarde ya terminaba y llegaba la hora de que las puertas del parque se cerrarían por lo que ambos se despidieron de Bambi, prometiendo volver luego y a visitarlo más seguido. Jae se sintió feliz a volver a ver al pequeño, ya que sus esperanzas de estar nuevamente con el habían muerto el día que el animal había dejado el campamento.

- Partí a buscarlo el mismo día que llegamos de arreglar la represa - contaba mientras se arreglaba el cinturón de seguridad.

- ¡Gracias! – respondió Jae sonrojándose gracias a la “buena obra” de su ex novio.

- Lo encontré con unos ambientalistas, me contaron que lo llevarían a esta reserva para que pudiera crecer sin ningún peligro y así fue – orgulloso de su acción, le regalo una sonrisa a su copiloto quien le respondió de la misma manera.

El camino de regreso se hizo corto para el YunJae debido a que el mayor puso en la radio muchas canciones de TVXQ, las que cantaba con mucho entusiasmo y de forma ridícula.  Jae lo miraba tiernamente y contemplar esa faceta que Yunho le mostraba como miembro de un dúo. De repente la canción “I Know” sonó en la radio.

¿Por cuánto tiempo y cuan profundo podre amarte?, incluso si ya he dejado ir a tus dedos, por favor di que nos volveremos a ver…. – cantaba el mayor mientras tenía su mirada fija en la carretera.

- ¿Sabes que esta es mi canción favorita?- comento Jae volteando su cabeza hacia Yunho quien al sentir esos intensos ojos observándole detuvo el auto a un costado del camino.

- ¿Sabes que también es mi favorita? – dijo acercándose a Jae – Es especial ¿No lo crees? Cada vez que la canto pienso en mi persona especial, ¿sabes quién es? -

Ambos sostuvieron sus miradas por segundo perdiéndose en los ojos del otro, nerviosos al igual que adolescentes. Yunho al no ver respuesta de su copiloto tomo el mentón de Jae.

- ¿Aun no tienes la respuesta? – y sin esperar a que Jae dijese algo, se abalanzo hacia esos rojos y húmedos labios que le respondieron instantáneamente a ese beso necesitado. 

Se dejaron llevar por la pasión y la necesidad de seguir con ese contacto entre sus labios. Yunho sin embargo estaba incomodo en esa posición por lo que saco el cinturón de seguridad y se monto sobre el delgado cuerpo de Jaejoong dejando besos y lamidas por el cuello, mientras que el otro trataba de calmar las pasiones ante el miedo de ser vistos. Yunho seguía intensificando sus roces y recorriendo con sus manos el cuerpo de Jae,  echando el asiento un poco más hacia atrás para poder acomodarse y contemplar mucho mejor el cuerpo del menor.

- Hyung, para por favor, pueden vernos… – se alejo retirando sus labios sobre los del  mayor.

- Jaejoong, está bien, no te preocupes, nadie pasa por este camino. Además podría ser una experiencia muy excitante hacerlo aquí - tomando a Jae por su pantalón y juntándolo con su pelvis.

- No lo sé, tengo miedo…. – mirando a través de espejo inspeccionando por si alguien se acercaba.

Yunho ignoro el miedo de Jae se levanto la polera dejando ver sus marcados abdominales que tanto “entrenamiento” le habían costado. Apresurado por seducir a su compañero, tanto por la situación como por las ganas y el éxtasis de encontrarse en plena vía pública, comenzó a avanzar rápidamente manoseando todo a su paso, sintiendo la erección de Jae nacer. Los minutos continuaban entre besos, labios unidos y lenguas lamiendo. Jae se sentía cohibido y temeroso a ser descubierto por quien fuese que los viera, limitándose a tocar la contextura de Yunho y mucho menos a sacarle la polera. No obstante, el moreno queriendo sacar a relucir toda su pasión se la quito a él, al igual que sus pantalones.

- Te dejo el resto a ti – agrego tomando la mano de Jae llevándola hasta sus bóxers.

Tímidamente los bajo pero siempre atento a cualquier vehículo que pudiese verlos, así que los dejo a la altura de sus rodillas. Yunho al ver el entusiasmo de Jae también bajo sus pantalones, siendo su próximo objetivo la ropa interior del menor, pero este se negó sujetando el elástico ante el pánico de ser descubierto en aquella situación bochornosa.

El moreno hizo un aniñado puchero y se apego semi desnudo mucho más sobre el torso de Jae que al ver el rostro desilusionado de su Hyung especial, bajo sus calzoncillos y descubrió su miembro tomando la mano de Yunho para que la pusiese sobre él. Tomando la húmeda e hinchada erección de Jae, Yunho comenzó a masturbarlo mientras el otro le hacía lo mismo.

El auto se trasformo en su nuevo nido de amor y la naturaleza su único testigo. Entre los masajes a sus miembros y aquellos fuertes gemidos por parte de ambos, el tiempo fue pasando terminando la fantasía de Yunho en placenteros orgasmos donde los dos depositaron sus fluidos en el cuerpo del otro.  Cuando la respiración se calmo y a la vez sus cuerpos, tomaron la decisión de volver a sus destinos. 

De regreso en el camino y en cada semáforo se regalaban los más cálidos besos que se cortaban cuando la luz verde les indicaba que debían continuar y separaban sus labios. Ambos sonrientes esperaban con ansias la siguiente esquina que les diera esa tan anhelada luz roja.  Llegando al edificio de Jae, este se bajo pero no sin antes comentar.

- Ya sabes, cada vez que quieras visitar a Bambi debes avisarme – se despido cerrando un ojo y emprendió su camino hacia su departamento.

………………………………

La semana continuaba y Jae con Yoochun seguían trabajando duro concentrados en el álbum. Sin embargo, les preocupaba Junsu quien hace 5 días que no se presentaba a trabajar. Ellos habían dejado de verlo desde el día siguiente de lo ocurrido con Soo Hee, cuando la mama de Junsu le ofreció que pasara unos días con ella para alejarse del estrés y la pena, y sin decir nada el delfín la siguió.

Durante la madrugada del viernes Yoochun recibió una llamada  que le hizo levantarse de un minuto a otro.

¡Buenas noches, Yoochun shi!, hablas con Kim Junho -

- Hola, ¿Como estas? – respondió bostezando.

Mal, ¿Sabes algo de Junsu? –

- Esta con su mamá – dijo refregándose los ojos.

- Yoochun, mi hermano salió hoy en la tarde y no ha vuelto - 

- ¿Cómo? – pregunto sorprendido mirando el reloj - ¡Son las 2 de la madrugada! -

- Por eso te llamo, estamos desesperado. Fui a su departamento, bueno a los dos y nadie le ha visto. Llame a sus amigos más cercanos de nuestro barrio, pero tampoco sabe de él. Pensé que bueno, a lo mejor estaba contigo, ya sabes … - 

- No, yo no lo veo hace días, solo llamo a tu madre para preguntar cómo esta – comento Yoochun, quien ya estaba poniéndose un pollerón y pantalones para salir del lugar a buscarlo - Junho … si sabes algo llámame, yo veré si puedo localizarlo –

Yoochun llamo a todos sus amigos de DBSK pero nadie sabía del delfín. La familia decía lo mismo que seguía buscándolo aunque no había respuesta concreta. El rubio no contestaba las llamas y su móvil sonaba apagado. Sin saber que más hacer, Yoochun salió en su auto. Llego a unos bares en el centro de la ciudad y lo busco. Sabia de Junsu no era de frecuentar esos lugares, pero ya no sabía donde más buscarlo. Era como si la tierra se le hubiese tragado y los nervios ya comenzaban a matarle por lo que no quería pensar lo peor. Tomo las llaves del departamento y subió hasta el. La habitación estaba igual como ese día que Junsu se había ido con su madre. Ninguna pista, nada.  Se sentó en el sillón derrotado. De repente vio una foto de los dos tomada una mañana en que Yoochun se empeño por hacer la misma rutina de Junsu.  Aquella rutina solo sirvió para la distracción del delfín que se reía de las locuras de su novio, asimismo de lo flojo que es hasta para caminar. La respuesta estaba ahí, “ese parque le encanta a Junsu”, pensó, bajando en el ascensor para correr lo más rápido que pudo hasta el parque que estaba a unas pocas cuadras. 

Allí estaba Junsu sentado en los columpios con la mirada en el suelo y sus manos entre sus piernas por el frio que corría en esa noche. Yoochun por fin pudo respirar satisfecho, llamo a la familia de su amigo y les conto que ya estaba con él, mientras lo observaba a unos metros. Se acerco de a poco y lo veía limpiarse los ojos, concentrado, con la vista en la oscuridad sin siquiera darse cuenta de su presencia al lado de él en otro columpio. 

- ¿No crees que hace mucho frio como para estar aquí? –

- ¡Yoochun!, yo no… - Junsu exclamo sorprendido mirando a su amigo, quien sonreía tras a verle encontrado.

- ¿Quieres hablar? –

- No lo sé – confeso, mirando nuevamente al suelo, jugando con sus pies al igual que un niño.

- Si quieres desahogarte, sabes que estoy aquí –

Ambos quedaron allí, centrado cada uno en sus pensamientos. Yoochun no quería por nada apresurar las cosas con Junsu; quería verle sonreír esa era un único objetivo, por lo que comenzó a elevarse en el columpio sacando automáticamente a relucir una pequeña pero triste sonrisa de su amigo que de a poco siguió el juego. Los dos estaban tranquilos, compartiendo en la oscuridad esa amistad que necesitaba nuevamente retomar.

- Me siento como un estúpido – dijo Junsu, deteniendo su columpio con los pies - ¿Cómo me deje llevar por ese tonto? -

- A veces cometemos errores Junsu, es obvio –

- Yo sólo quería ser bueno con él, no pensé que se aprovecharía de mi –

- Lo sé – dijo Yoochun todavía elevándose lentamente.

- Soy un despistado, no debo confiar tanto en la gente –

- No es eso, sólo que ahora no corriste con la misma suerte de encontrarte con alguien que de verdad le importen tus sentimientos –

- Yoochun, !Gracias!, debo agradecerle a los chicos también –

- ¡No te preocupes!, me gusto eso de ser espía – y ambos rieron.

Yoochun siguió igual que un niño todavía elevándose.  Junsu le siguió para después salirse de un salto quedando frente de él, caminando de un lado para otro.

- Yoochun... - 

- Dime…. Junsu ah –

- Tú…,  también… ¿Crees que cualquiera persona que quiera estar conmigo, sólo se fijara en mi trasero y el dinero que tengo? – pregunto quedando frente a Yoochun que salto ante esas palabras quedando a pasos de él. 

- Yo te amo por lo que eres…, -

- Yoochun…, no me entiendes, no me refiero a ti, tú me quieres porque somos amigos y fuimos pareja durante años –

- No Junsu…, yo …., – agrego acercándose al menor – yo nunca te he dejado de amar... - tomando sus mejillas frías por el brisa de la noche acercándose lentamente a esos ojos café que le miraban sorprendido ante esas declaraciones.

Yoochun presiono sus labios contra los de Junsu degustándose de esos dulces labios que volvía a tocar nuevamente. Una de sus manos se poso en el cuello del menor, perdiendo sus dedos en esos pequeños mechones amarillos y la otra armonizaba ese beso posada en la mejilla sonrojada de Junsu. El delfín no sabía qué hacer al sentir los gruesos labios de Yoochun. Recordó el tiempo que paso sin sentirlos, pero ese sabor seguía allí, siendo como siempre la combinación perfecta que para el significaban, erizando su piel como si fuese el primero, sintiendo su lengua recorrer su boca perfectamente llevándole en solo segundos a estremecer su cuerpo y su corazón. Se separaron tras unos segundos no porque quisiesen si no porque el aire le falto dándose cuenta de la intensidad de ese beso que sorprendió a los dos. 

- Yoochun …, es mejor que me vaya –

- Yo … yo, te llevo  -

Tras esos minutos incómodos de caminata nadie dijo nada. Llegaron a las puertas del edificio y Yoochun tuvo el valor de recién decir algo.

- Junsu ah, - dijo nervioso - yo quiero decirte que…. -

- Yoochun dejemos esto aquí, - se apresuro a decir – esto es muy rápido, solo te pido comprensión – confeso Junsu despidiéndose con una inclinación entrando rápidamente al edificio.

Junsu no supo como tuvo el coraje de decir esas palabras, solo sabe que se quedo minutos en la cama pensando en Yoochun y como se sentía revivir desde los más profundo sus sentimientos hacia su amigo. El ratón se encontraba en las mismas al llegar a su casa, pensando en ese impulso y en ese beso que volvió a sacar una sonrisa en su rostro comprendiendo que estaba dispuesto a esperar a su delfín. 
……………………………………….

Esa mañana Yoochun salió a pasear a Harang con la finalidad de encontrarse con Junsu y hablarle de cualquier cosa, necesitaba tenerlo cerca y buscar en los ojos rasgados de ese chico una señal que le indicara que todavía lo quería. Sin embargo, no lo encontró en ninguna parte de las que su ex frecuenta para correr o realizar actividad física, así que sus esperanzas murieron sentándose a descansar en el césped. Derrotado y bebiendo un poco de agua, de repente su mirada se detuvo ante esa figura, ante ese encanto y esa personita que tanto suspiro sacaba de él, corriendo por la vereda del frente, escuchando música, levemente sudado y luciendo un traje deportivo azul que formo una sonrisa en su rostro al recordar cuantas horas se demoro Junsu en elegir ese conjunto días antes de ingresar al servicio. Observando perdidamente el desplazamiento de Kim, viéndolo como se alejaba, entro en razón y se dispuso a seguirlo.

Tomo la cuerda de Harang y cruzo la calle corriendo viendo la posibilidad de alcanzarlo. Pero se detuvo en seco cuando pensó que su actitud seria muy sicópata persiguiendo a Junsu y que sería muy notorio, y no se le ocurrió mejor idea que derramó la botella de agua en su rostro sin obteniendo la simulación de gotas de sudor, sino quedando empapado, para entender tarde que esa idea había sido una estupidez.

- Harang dime… ¿Parezco que hago deporte? – mientras corría simulando esa “actividad física” que por nada del mundo le gustaba hacer y claro sin obtener la respuesta de su canino, sino el escape del mismo. - ¡Harang! … ¡Ven acá! ….

Yoochun corrió tras su mascota divisando a lo lejos como Junsu seguía corriendo, siendo mayor su asombro cuando su propio perro sobrepaso a Kim haciendo que se detuviera. Park corrió hacia ellos, cansado y sin aire ante el esfuerzo que tuvo que hacer deteniéndose para sentarse a descansar. No podía decir nada, solo respiraba agitado, mirando a su delfín jugando y acariciando a ese canino.

- ¿Estas… bien? – pregunto Junsu.

- Si…. Harang … se…. escapo …  - decía el pelinegro entre jadeos.

- Oh… lo siento – comento esperando que su amigo descanse lo suficiente para poder hablar. Se sentó con Harang en el suelo y comenzó a reír ante las vueltas y saltos que daba la mascota de Yoochun a su alrededor.

- ¿Parece que no soy el único que te extraña? – soltó Park ante esa escena, para después golpearse mentalmente por lanzar esa clase de declaraciones sin pensar.

- Jajaja, No lo sé… yo también te extraño Yoochun y sabes que puedes ir a verme cuando quieras, recuerda que seguimos siendo amigos – comento Junsu sin pensar en las palabras que el otro le había dicho.

- Gracias – y sin hacer más declaraciones que no tendrían las respuestas o palabras que él deseaba escuchar trato de cambiar el tema – ¿llevas corriendo mucho tiempo?- 

- No salí hace una hora, ahora voy de regreso al departamento – contesto mientras todavía jugaba con el perro.

- ¿Harás algo hoy, quizás…. podríamos comer juntos? – Yoochun entendió que nunca aprendería a quedarse callado, pero no podía más con esa situación de no tener a su delfín entre sus brazos y solo para él.

- Quede de juntarme con Jae – respondió sin siquiera mirar a Park, centrando su atención en ese perro que también extrañaba y no le veía hace mucho. Cuando su mirada se poso por fin en esos ojos negros que le sacan un sonrojo automáticamente, vio como caían algunas gotitas de los oscuros mechones de Micky y que a la vez también tenía la polera completamente mojada – Yoochun ¿Qué te paso? … ¿andabas trotando? –

- Pues… bien… yo … si con Harang –

Y esa mentira quedo revelada ante el Ue Kyang Kyang que se escucho por todo el vecindario, que  pinto hasta en los propios labios de Yoochun una sonrisa, reconociendo que Junsu le conocía tanto para saber lo flojo que es en relación a la “actividad física” como para salir a correr.

Junsu se puso de pie y se dispuso a despedirse de esos dos amigos, pero el pelinegro le comento que prefería acompañarle mejor hasta su departamento. La conversación en primera instancia fue nula, ambos no decían palabra alguna; miraban a otra parte o se concentraban en sus propios pensamientos que se limitaban a recordarles las noches en que salían a caminar son sus mascotas, donde sus manos a veces se encontraban durante minutos avanzado largos tramos como una pareja común y corriente, o en aquellas veces que se perdían en la oscuridad riendo por las travesuras de sus caninos como también para fundirse en un beso como dos amantes sin querer ser descubiertos. 

Park rompió el hielo y empezó a hacer comentarios sobre su mascota cortando la tensión. Avanzaron hablando muchas cosas, como el nuevo álbum en que trabajaban como JYJ hasta llegar a temas sobre el tan aclamado y comentado drama de Yoochun.  Ambos reían y de cierta forma, limaban las asperezas que tenían antes para hablar, retomando esa cercanía y esa complicidad de esa amistad que los unió años previos a los que se transformaron en una verdadera pareja.

- ¡Hemos llegado! – comento Junsu – muchas gracias por acompañarme Yoochun y tú también Harang, cuida de tu padre y no hagas tantas travesuras como la de hoy. – acariciando al perro.

- De nada Junsu… fue bueno hablar ¿no crees? –

- Sí – ambos estaban nerviosos, sin saber mucho que decir.

- Bueno me voy… Junsu ah… de verdad ¿puedo venir a verte, no se a jugar video juegos o algo por el estilo? – pregunto ante un dejo de miedo a una respuesta negativa, regalándole una sonrisa a su ex cargada de nervios.

- ¡Eh! Ya te dije que sí, siempre serás bienvenido babo – y con la efusividad y alegría en sus propias palabras Junsu se acerco a Yoochun para darle un abrazo, pero como auto reflejo el pelinegro se movió hacia atrás, dándose cuenta de ese acto que no paso desapercibido para ninguno de los dos.

- Junsu ah… perdóname… yo…- comenzó a buscar palabras que justificaran su acción.

- No te preocupes... nos pueden ver… está bien. No pensé que tampoco podía abrazarte como amigo, lo siento… - y con un dejo de tristeza en sus palabras le estrecho la mano a modo de despedida.

- Perdóname…  no es lo que tú piensas – dijo estrechando esa mano para atraerlo hacia el abrazándolo fuertemente sin querer que se despegara de su lado. Micky no entendía esa constante metida de pata que se apoderaba de él justo en los momentos que quería volver a retomar la relación aunque fuese conformarse con la amistad de Junsu. Se odio al ver esas pequeñas lagrimas en ese delfín que se separa del abrazo limpiando sus ojos como simulando que una basura había entrado a sus ojos.

Tan infantil, tan sensible y tan único pensó Yoochun amaba de todas las formas existente a ese hombre que se perdía en la puerta de su edificio dejándole decepcionado de sus propias acciones.  Amaba esa empatía que tenia Junsu regalándoles a todos una sonrisa, sin importar lo cansado o dolido que estuviera, pero esa sonrisa que presencio de esos labios rosados que deseaba con ansias, pensaba no merecerla. Se quedo sentando en las afueras de ese edificio que fue su casa durante mucho tiempo con ganas de sacar todos los pelos de su cabeza cada vez que su mente le repetía ese “auto reflejo” o gritar por la rabia de sentirse el peor hombre del mundo por hacer llorar a Junsu.


... continuará...

2 comentarios:

  1. ooooooooooooooooooooooooooh ternurita que dulce es yoochun con junsu espero y pronto puedan estar de nuevo juntos

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  2. Muy tierno Yoochun con Junsu, lo mismo entre Jae y Yunho con bambi con Jae asustadizo ante quienes los puedan ver y el sexoso de Yunho que no le importa.

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