Seguimos con nuestro fic y esperando sus comentarios XD
Capítulo VII: How are you
La noche
había sido bastante larga. Yunho había llegado pasada las 3 de la madrugada al
departamento de Jaejoong. ¿Razones?, muchas, pero la más importante, estar con
él.
Las ganas de
llamarlo eran muy fuertes y reunirse con él era una necesidad que le volvía
loco sino era atendida. Llevaban varias veces ya en lo mismo, pero no se
arrepentía ante la oportunidad de tenerlo solo para él. Aunque disimularan ambos
que sus encuentros eran mero sexo, él deseaba unos minutos de esa noche para
tenerlo cerca.
Tras no
aguantar más de quedarse en su cama pensando en lo mismo; tomo las llaves de su
auto y condujo por la ciudad, apartándolo en el estacionamiento, subiendo,
pensando cinco minutos antes si eso estaba bien para decirse en tocar el timbre
hasta obtener respuesta alguna.
Nada. El
sonido del timbre sonaba en el lugar donde descansaba Jaejoong, pero el sueño y
el cansancio era más fuerte, por lo que despegar su cuerpo de esas sabanas y
abrir los ojos no resultaría una tarea fácil aunque tampoco imposible.
Un mensaje,
un solo mensaje en su teléfono le hizo entre abrir sus ojos y sorprenderse de
esa frase “¿Estás en tu casa?”. Jae no respondió, lo menos que hizo fue
pensar, pero si llamo su atención el contacto que lo envió. No reparo mas en
ello revolviéndose en las sabanas para seguir con su sueño. Sin embargo, El timbre sonó nuevamente por
fin resonando en su cabeza.
Se levanto y
arrastro sus pies alegando de quien vendría justamente a esa hora a molestar su
descanso. Un amigo, ¿borracho?, no lo sabía. Tal vez Yoochun con sus miles de
estupideces sería lo más concreto. Sin embargo, al abrir la puerta, refregando
sus ojos vio a Yunho parado con el celular en la mano y con una sonrisa al
verle. Mientras que él todo
desarreglado, con el pelo de un lado para otro, con esa polera que le quedaba
larga y ancha a su cuerpo y esos pantalones que eran sueltos para su delgada
figura.
- Yo… no pensé que … -
- No te preocupes, ¿puedo pasar? – y con un sí como
respuesta Yunho entro, observando a Jae tratando de abrir más sus ojos y
preocupado de su ropa.
- ¿Por qué
hace eso? - Pensó Yunho. Hacia una semana atrás que ya habían estado juntos en la
cama, pero quería verle justo esa noche y obviamente por nada en el mundo le
preocupaba encontrarlo así, con su pijama como le vio mil veces antes. Pese a
ello, verle preocupado por su aspecto saco a relucir su sonrisa y las ganas de
hacerlo suyo una vez más.
Jae no se
dio cuenta en el minuto en que estaba allí, siendo presionado contra la puerta con
Yunho junto a él, atacando lentamente su boca, delineando sus labios,
provocando sus sentidos y él respondiendo a sus caricias y besos. Su polera
voló por los aires dejándolo semi desnudo, la de Yunho también y la fricción de
sus cuerpos se hizo más intensa, necesaria y ardiente. Su lengua como la del
moreno recorrió la exposición en la que se veían sus torsos, para que en un
arranque de las esas más abrazadoras pasiones el paso y el camino a la
habitación se hiciera corto quedando recostados tocándose sin pudor alguno.
Los segundos
pasaron quedándose ahí los dos en la cama, haciéndose fuego entre ese vaivén de
caderas, mientras que el menor apuraba la estimulación de la entrepierna del
mayor, quien no paraba de gemir, sentir y estremecerse en cada énfasis, en cada
roce, y en cada caricia que Yunho le entregaba.
Ambos se
perdieron en la dimensión de sus acciones y en las de sus palabras, queriendo
llegar a lo máximo, sacudiéndose en esa desesperación de fundir sus cuerpos
fuese lo que fuese, para por último sentir el calor y el placer ante ese
orgasmo que los dejo sin habla y quito sus alientos, recorriéndoles como una
carga eléctrica por todo el cuerpo.
Jae se quedo
en su cama con la respiración entrecortada sintiendo nuevamente esos labios que
transitaron por su pelvis, recorrieron su abdomen, se detuvieron en sus
pezones, remarcaron sus tatuajes y se perdieron en su cuello. No obstante, esos
cálidos labios, retomaron su camino y llegaron a su más deseado objetivo en ese
entonces; su boca. Dejaron pequeños roces en ellas y se acompañaron de las
manos de su hombre, que se posicionaron en sus mejillas, sacando cuidadosamente
esos mechones que caían por su rostro, dejándole ver esos ojos oscuros y
penetrantes que le miraban con la misma pasión, la misma entrega de sus mejores
años y con aquella ternura y protección que esa sola persona le hacía sentir.
El juego, la
seducción y ciertamente el sexo continuo, haciendo la noche muy larga,
inundando esas paredes de gemidos, respiraciones alteradas, sudor y pasión que
se simplificaban en una sola palabra, que ambos conservaban guardada bajo siete
llaves, sellada con el orgullo, pero que describe lo que de verdad existía
detrás de esas semanas de encuentros e intimidad pura. Amor.
……………….
Sin duda, la
noche había sido bastante larga, por lo que ahí estaban ambos recostados entre
esas sabanas blancas. Se encontraban inconscientes de la cercanía de sus
rostros, de esos brazos que les tenían presionado el uno con el otro, sintiendo
el calor, el cariño y la alegría de despertar de esa forma, con la persona que
mas amas y no quieres dejar por nada.
Yunho fue el
primero en abrir los ojos y vio a Jaejoong durmiendo plácidamente. Beso su
frente y comenzó a dejar pequeños besitos por todo su rostro queriendo que el menor
despertara a toda costa. Jae sintió esos besitos y una sonrisa de dibujo en su
rostro. Era uno de sus más dulces sueños, sentir a Yunho, dándole el cariño de
antes, despertándole como antes, apretándole contra él y cuando escucho un - “Buenos días JaeBoo”- , cayó en cuenta
que el mayor todavía estaba allí. Abrió los ojos asombrado y soltó el abrazo,
pero su amigo no reparo en ello, sino que lo tomo del rostro y lo beso
lentamente derritiéndose Jae en el mismo momento.
El menor
pensó en separarse pues el cariño de ese beso era mucho más fuerte que sus
propias decisiones. La situación se estaba saliendo de sus manos, pensó en el
momento que Yunho se acomodo al igual que un niño pequeño entre su cuello,
abrazándole por la cintura, dejándole pequeños besos en esa piel que quedaba a
la altura de sus labios.
Me siento como
una chica, pensó de nuevo. Tenerlo así, en esa posición con una sonrisa marcada
en su cara, sin decir nada, solo sintiendo el golpe de sus corazones con ese
solo contacto, con aquella cercanía que sorprendía a los dos pero que deseaban
por compartir hace mucho.
- ¡Te
amo Jae! –
Y ese Te amo golpeo profundamente en el
corazón de Jaejoong. Trato nuevamente
de salirse de esos brazos. No obstante, Yunho quedo sobre el mirándole
fijamente, mostrándose seguro como nunca y enamorado como él. Esquivo su
mirada, mas el mayor tomo de su mentón obligándole suavemente a mirarle.
- Nunca he dejado de amarte JaeBoo – dijo Yunho seriamente.
- Yunho ah, no sabes lo que…. –
Y sin alcanzar
de terminar frase alguna Yunho lo beso intensamente desarmando todo el orden de
las cosas, pidiéndole en ese solo beso que entendiera desde lo más profundo la
pureza y lo real de sus palabras.
¿Yunho lo
logro?, Si obtuvo la respuesta de ese beso, la pasión de ese solo acto de amor,
que le confirmaba a Jae con seguridad sus sentimientos y a Yunho la idea de que
por fin tendría a ese joven solo para él. A la vez el mayor moría por escuchar
esas palabras, esa sola frase saliendo de la boca del otro, deseando oír cómo años
atrás que se necesitaban y podían volver a revivir ese amor.
- ¡Te
amo… Yunho ah….! – y aunque esas palabras fueron tímidas y bajas en esa
habitación, la cercanía fue suficiente tanto para escucharlas como para
sentirlas.
Jae fue
quien dijo lo que sentía y atrajo entre sus brazos ese cuerpo y esos labios que
probo como si fuese la primera vez. Ambos volvieron a darse el espacio, las
ganas y la oportunidad de quererse nuevamente. Como lo hacían desde hace mucho,
pero en el fondo de su ser. Sin embargo, ese día volvían a decírselo, a
gritarlo al viento y a sus propios miedos.
La mañana
continuó con dos jóvenes locamente enamorados acompañándose en esa cama, riendo
ante sus propias boberías de esconder sus sentimientos. Rieron porque uno no
quería despegarse del otro y menos salir de esa habitación que les observo
amarse nuevamente. Rieron porque en el tiempo que se alejaron extrañaron muchas
cosas, pero por sobre todo ese despertar junto, el hacer el amor o simplemente
decirse te amo, cuando el corazón, la mente y el alma, llaman a decirlo para
solo ver feliz al otro.
- Yunho… yo te extrañe mucho –
- Jae… yo también – confeso Yunho, pidiéndole con su mano a
Jae que se recostara en su pecho.
- ¡Me dejaste mucho tiempo solo! – rio al encontrarse
recostado en Yunho jugando con sus dedos sobre su pecho y abdomen.
- Deja de hacer eso, me da risa – agregó el mayor – y se
que paso mucho tiempo para volver a vernos y estar así, como ahora -
- Sí, pero no importa, dejemos eso atrás –
- JaeBoo, perdóname, prometo recompensarte con el tiempo
que perdimos alejados sin vernos. – dijo depositando un beso en su frente, apretándole
mucho mas contra él.
- ¿Podrías dejar de
hacer eso? –
- ¿Qué cosa? –
- Yunho me apretas muy fuerte, además soy yo el que regalo
abrazos a mis amigos no tu. -
- ¿Solo me abrazaras a mí de ahora en adelante? –
- No lo sé – rio Jaejoong, tratando de salir de ese agarre.
- Jae, eres malo conmigo aunque sé que amas – mirando como
Jae se disponía a salir de la cama completamente desnudo, tratando de buscar su
ropa interior.
- Mejor me iré a bañar, tengo muchas cosas que hacer –
agrego tratando de no haces casos a las palabras del moreno.
- No…, ven… no te vayas – suplico con sus manos, formando
un puchero al que Jaejoong no se pudo negar menos a esos brazos que se abrieron
para un abrazo.
Y Jaejoong
volvió a caer en esos besos que dejaba el menor en su cuello en su rostro,
perdiéndose en esas sabanas y en ese cuerpo fornido y tonificado de Yunho.
……………….
La tarde
llego y Jaejoong despertó, preocupado de la hora y de donde estaba Yunho escuchando
que el moreno cantaba en la ducha. Se sentó entre esas sabanas y mantas
alborotadas, buscando su celular para ver la hora. No lo encontró aunque si el
de su “novio”, bueno no hubo tal propuesta para ello, pero con ese te amo la relación no podía encontrarse
en mejor punto que definiera a esos dos.
Vio la hora
y marcaban las 1:00 pm por lo que se asusto. Debería estar en el estudio a las 2:00 y en
bañarse, afeitarse e incluso peinarse no sería suficiente para hacer todo. Sin
embargo, se detuvo a mirar esa foto de Yunho y Changmin comiendo una pizza, rio
ante ello, pero busco algún detalle que mostrara a Yunho haciendo algo
indebido.
Mensajes,
nada. Contactos amorosos, menos. Videos y Fotos, porno. Los ojos de Jae se
asombraron al ver tantas japonesas ligeras de ropas con miles de posiciones y
realizando cosas increíbles. Conclusiones, Jaejoong furioso y colérico, lanzándole
el celular por los aires a Yunho quien secaba su pelo con una toalla observando
su móvil desarmado en el suelo.
- ¿Qué te pasa? –
- ¿Qué me pasa?, linda la forma en que me amas. – se
levanto y comenzó a vestirse – Jung Yunho sigues igual de heterosexual que
siempre, ¿Todo te sirve no?, sea mujer u hombre –
- ¿No te entiendo?, ¿Qué paso ahora? – pregunto preocupado
recogiendo su celular.
- Es fácil hacerse el desentendido y negar las fotos y
videos que tienes de esas mujeres desnudas -
- ¿Mujeres desnudas? – y el flashback de ver a Changmin con
su celular en la sala de ensayo muerto de la risa. – no fui yo, como crees que
… -
- Si Yunho, no fuiste tú y yo no fui una prostituta más
para ti, porque eso es lo que querías, que me acostara contigo como esas putas
con la que te revolcabas, mientras yo lloraba por ti -
- ¡Jaejoong no hables así! – grito Yunho al terminar de
vestirse.
- Hablo como quiero, esta es mi casa idiota ¡lárgate!,
¡ahora! –
- Porque tienes que hacer las cosas complicadas Jae –
- ¿Que yo las complico? – se ofendió Jaejoong.
- Si, te dije que no lo hice, no son mías esas fotos –
confesó.
- ¡Yunho tu nunca las cambiado! – le dijo apuntándolo,
mientras el otro le miraba furioso desde el otro lado de la cama – Nunca has
sido gay, te acuestas conmigo para sentirse todo un Dios, pero siempre has sido
y serás un hombre que prefiere revolcarse con putas a cada lugar que va,
¿querías eso, que fuera una como ellas? ¿Cómo una de esas con cual te besaste
al día siguiente en que terminamos?–
- Jae… no entiendo-
- ¡Ahora no entiendes, pero que buen beso le dabas a esa
bailarina el día después que terminamos en la sala de ensayo!, ¡Poco te duro el
amor hacia mí!-
- Sabes Jaejoong,… me rindo – tomando su celular avanzando
por el pasillo en dirección a la sala, específicamente a la puerta. – ¡Me
aburrí! – grito mirando a Jaejoong que le observaba con los brazos cruzados y
el ceño fruncido – ¡No tengo por qué darte explicaciones de las cosas que hago
o no, y cuando paso eso habíamos terminado! ¡Me aburrí de hacer mil cosas por
tu bien y que tú no lo valores, que me trates así, tener que buscarte para
pasar un minuto contigo y al segundo me estés evitando! ¡Nunca has valorado
nada Jae, ni lo más mínimo!-
- ¿Qué quieres que valore el que vengas y me pidas abrir
las piernas? –
- ¡¿Crees que para eso te buscaba?! -
- ¡Sí! -
- ¡Piensa lo que quieras, ya no te buscare nunca más
Jaejoong! –
- ¡Pues bien lárgate y no me busques más para tus juegos y
estupideces!, ¡búscate cualquiera de esas que te sirven para una noche no más! -
- ¡Esta es la última vez que aguanto que te comportes como
una víctima! –
- ¿Victima? Yo no hago… –
- ¡Si, lo haces, te gusta hacerte la víctima!... el sufrido
y el depresivo en todo esto -
- ¡Ándate Jung Yunho!, ¡ándate de aquí! –
- ¿Quieres saber la verdad? –
- No quiero saber nada de ti, ¡lárgate! –
- Te lo diré igual. Te busque para satisfacerme, para verte
conmigo otra vez, haciendo lo que se me ocurriera, viendo cómo te revuelcas
conmigo, eso quería que fueras, ¡una puta más como todas esas japonesas! -
- ¡Ándate!, ¡largo de mi casa! – agarrando una botella de
la mesa amenazando con lanzarla - ¡vete! ¡si no quieres que esto reviente tu
cabeza! – grito.
- ¡Me voy! – salió Yunho, dando un portazo, asustando a
Jaejoong quien es ese ataque de furia tiro la botella contra la puerta rompiéndose
en mil pedazos.
Una
hora paso entre el momento que juraron amarse para terminar en esos gritos y
palabras hirientes que rompieron con toda la esperanza y los intentos de
formalizar por parte de Yunho las cosas con Jaejoong, saliendo bruscamente de
ese edificio, golpeando el manubrio cada vez que en su mente se repiten las
estupideces que dijo y la maldita risa de Changmin culpable sin saber de toda
esa discusión.
…………………………………………………..
Las cosas
iban mucho mejor entre Yoochun y Junsu, por lo que su relación estaba retomando
las actividades normales de antes. Hoy se encontraban en el departamento
jugando videos juegos cuando las dudas volvieron a parecer en la cabeza de
Yoochun.
- ¿Junsu? - pregunto mientras el otro se movía de un lado
al otro concentrado en el juego.
- Dime Chunnie … –
Yoochun se
mentalizaba en cómo decirlo, ya ni siquiera se concentraba en el juego. Le
asustaba tomar ese paso pero lo comentado por Jae removía su mente e incluso
sus sentidos, ya que nunca antes en la vida le dio la oportunidad a Junsu de
tomar las riendas de la relación.
- Junsu quiero ir abajo – soltó de repente.
- Bueno, espera… me coloco la chaqueta y vamos… ¿te parece?
– mientras el marcador del juego le decía que ganaría en cualquier minuto.
- Junsu… yo me refiero a ir “ABAJO” – mientras el rojo se
pintaba en su cara.
- Ok, ya iremos Chunnie solo déjame terminar el juego…. –
comento Junsu.
- ¡JUNSU! – apagando el televisor, generando un puchero en
los labios de su delfín, quien lo mira ofuscado – ¡Quiero ir abajo, como no
entiendes! -
- No, no entiendo… perdí por tu culpa Chunnie – golpeándole
el hombro – además ¿Por qué insistes tanto con ir a abajo? –
- ¡Junsu…. Quiero que tú la metas no yo! – le grito, generando
el Ue Kyang Kyang! por todo el lugar.
Yoochun no
podía más con la vergüenza y a la vez
escuchar como Junsu se reía y revolcaba a su lado en el sillón. Era obvio que
no quería decirlo así, mas al ver como Junsu respondía cosas que no tenían nada
que ver con su petición, lo grito sin tapujos. Después de minutos su querido Su
dejo de reír y de comportarse como un niño, sentándose a su lado.
- Eres muy chistoso Chunnie ¿lo sabías? –
- ¡No es chistoso! – siendo ahora Park el que formaba un
puchero cruzando sus brazos.
- Micky shi… pues no
quiero, a mí me gusta como lo hacías tú conmigo, me gustaba que tú fueras el
que… - sonrojándose mucho más ante sus
propias declaraciones.
- Solo quiero probar –
- Pero, te dolerá y no quiero que Chunnie llore –
- ¡Junsu! – grito al ver a su amigo riendo nuevamente.
Yoochun se
levanto dispuesto a salir lo antes posible de ahí tras la vergüenza de sus
propias palabras, pero en un ataque de pasión Junsu tomo de Yoochun y se
abalanzo sobre él cayendo los dos sobre la alfombra quedando sobre el ratón.
- Dime Yoochun, ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿A qué hora? – mientras
le miraba posesivamente tomando todo el protagonismo y el dominio de la
situación, sorprendiendo al propio Park Yoochun, quien incluso se sorprendió de
la voz seductora que salieron de esos labios.
- Junsu…, yo... qué te parece hoy, aquí y ahora – sonrió
ante sus propias palabras.
- ¡Acepto! Pero te advierto, no quiero que después te
arrepientes -
A Junsu le pareció interesante la propuesta de Yoochun.
Él había soñado con aquella escena muchas veces, pero la vergüenza y el miedo
nunca le permitieron comentarle sus ideas a Park que ahora le estaba casi
suplicando ser penetrado. Junsu se sintió enérgico y extasiado al tener a su
amigo bajo su cuerpo rozando sus gruesos labios sobre él. Sentía las ganas y el
deseo de volver a estar con Micky sabiendo que desde sus más dulces intenciones
estaba aquella que le decía que el amor y los sentimientos en relación a éste
nunca habían cambiado. Sino que trato de borrarlo y guardarlos tras el dolor y
la tristeza en la que se sumió en sus días en el ejército con Soo Hee. Estaba
al corriente que lo que estaba haciendo era dar un paso más allá de lo que
quería con su amigo. Amaba a ese hombre, quería nuevamente estar con él,
deseando sentir sus manos, su piel, su aroma, su cuerpo y en definitiva el amor
que solo el sabia darle.
Yoochun respondía a esos besos con la intensidad de verse
acorralado, entregado a las manos de Junsu, mordiendo sus labios, respirando agitadamente
antes esos carnosos labios que volvían a ser suyos. Meditaba en la propuesta
que el mismo había comenzado, hubo en minutos que quiso escapar ante las
consecuencias de su nuevo papel bajo su delfín, pero a la vez quería sentir ese
placer oculto que siempre llamo su atención siendo la escusa perfecta para que
su amigo recorriera su cuerpo e hiciera con él lo que deseara.
La camisa de Yoochun sobraba entre ellos dos. Junsu
besaba intensamente el cuello de su ratón deteniéndose ante la marcada manzana
de Adán provocándole por ser recorrida, lamida y besada. Mientras él iba
desabrochando uno por uno los botones de la camisa, sus besos igual iban
descendiendo. Con su lengua se detuvo a probar y besar el pecho tatuado, dejando
su saliva por todo el lugar recorriendo hasta el último lugar visible ante sus
ojos, relamiendo con suavidad y lujuria, una de sus mayores tentaciones, los
pezones de Yoochun, sintiendo la excitación que producía el solo roce de su
lengua, de sus dedos en el cuerpo del mayor, que se mordía los labios ante esas
oleadas de calor y desenfreno que solo esa persona generaba ante él.
Las hábiles manos de Junsu desabrocharon el pantalón de
su ratón, lanzándolos lejos junto con eso empapados calzoncillos, observando
nuevamente la desnudez de su amigo bajo su cuerpo. Tomo la erección de Yoochun
y se la llevo bruscamente a la boca, comenzando a succionar y lamer todo lo que
podía contener en su sedienta boca. Su propio miembro amenazaba por romper su
pantalón. Su chaleco estorbaba. Se lo saco y lo lanzo lejos. Sus finos dedos
comenzaron a abrirse camino hacia la entrada de Yoochun, introduciéndolos uno
por uno de la misma forma que él le había enseñado, contemplando los gestos que
el ratón hacia, estremeciéndose tras cada movimiento que Junsu hacia en su
interior, tras el contacto de sus dedos en esa cavidad, sudando sobre la
alfombra de la sala.
- Su… creo que está
bien..., mmhh… hazlo luego – comento, cerrándole un ojo al menor.
Junsu separo un poco más las piernas de su compañero, observando
y palpando la ensanchamiento de la misma, comenzando lentamente a introducir su
extensión sintiendo por primera vez, la estrechez de esas paredes, la presión
de ellas contra él y el dolor que dejaba salir por sus labios Yoochun. Por nada
en el mundo quería dañarlo o hacerle sufrir, sintiendo la inseguridad de seguir
adelante o de si podría ejecutar aquella acción de buena forma. Los primeros
momentos de la intromisión fueron molestos e incómodos para Yoochun, quien era
calmado por los cálidos besos y roces de Junsu otorgaba a su cuello y a su
abdomen. Después de unos minutos el placer llego, dejando al mayor con el
arrepentimiento de no haber descubierto mucho antes esas sensaciones que
viajaban por su cuerpo.
Junsu comenzó a mover sus caderas y su erección de manera
lenta y profunda, soltando un gemido ronco y alto de su ratón, siendo la música
perfecta para sus oídos. Conocía y se estremecía al pensar en las propias
emociones, lo que significa estar en la posición de su amigo, queriendo de mil formas
otorgar a él la misma calidez, el mismo éxtasis y las mismas sensaciones que el
produjo en su tiempo a él, notándolo
sumido entre el sudor y los gemidos, tras cada embestida y el roce constante de
sus testículos, electrocutando el cuerpo de los dos.
Junsu cambio los movimientos de su envestida por unos más
fuertes, observando el sudor que caía por su frente en el cuerpo del mayor,
quien seguía recostado revolcándose ante el placer, gimiendo alto y ronco,
deleitándose con cada roce del miembro de Junsu con su cavidad.
- ¡Chunnie quiero irme! -
- ¡Aguántate….un poco más! ¡Quiero más! -
- Chu…
Junsu no
alcanzo a terminar de hilar el nombre de su ratón cuando termino corriéndose
dentro de él, dejando que todo su blanco fluido terminara de salir, retirando
su extensión, manchado el suelo con aquella esencia que corría desde la entrada
de Yoochun.
- Chunnie…. perdón, no pude más… – haciendo un puchero se
recostó sintiéndose defraudado por correrse tan rápidamente.
- Baby está bien, estuvo exquisito, muchas gracias –
posicionando sus labios sobre los del delfín, se levanto y tomo a Junsu en sus
brazos, lanzándolo a la cama - ¡Ahora es tiempo que seas mío! - aquella mirada
perversa se poso frente al rostro de Junsu produciendo un pequeño rubor en sus
mejillas.
Los
devoradores besos de Yoochun sofocaban a Junsu quien aun no se reponía del
orgasmo. El pelinegro no le daba tiempo para salir de ahí, lo apretaba contra
él, lo besaba intensamente, frotando sus cuerpos, sus erecciones, tocándolo
nuevamente, sintiendo el calor y el magnetismo que esas manos recorrer por todo
su anatomía. Yoochun actuó rápido y veloz, lamiendo sus dedos, adentrándolos
delicadamente en la entrada de su delfín.
Yoochun fue
entrando por aquella cavidad de a poco, aunque aun gemía por el placer que le
había entregado su delfín. Quería complacerlo aun más de lo que él lo había
hecho. Su miembro húmedo se resbalaba fácilmente dentro de Junsu, quien ya
tenía sus manos apretando las sabanas tratando de aguantar los dolores
iniciales que luego se transformaran en olas de placer que recorrerán cada
centímetro de su piel que piden ser tocada por Yoochun. Cuando el miembro de
Yoochun entro por completo comenzó el vaivén de sus caderas, el ruido del
choque de la pelvis de Yoochun con el trasero de Junsu era tan fuerte que
llegaban a producir un excitante eco que retumbaban en las paredes del
departamento.
Este era su
primer encuentro sexual después de su ruptura, ambos se observaban mutuamente,
dándose cuenta que aún conservaban aquellos mismos gestos al hacer el amor. Junsu
como siempre esquivando la potente mirada del ratón y este provocándolo de
cualquier modo para que este lo observara con su fogosas expresiones.
Yoochun
comenzaba a ver como el miembro de Junsu que estaba reposando en su lugar se
encontraba bañado por el sudor de ambos, hinchándose nuevamente, sintiéndose
mucho excitado. El mayor comenzó a sentir la presión en su erección, sabiendo
de ante mano qué pasaría en pocos minutos. Sin embargo, al ver la cara de gozo
de Junsu no quería terminar sino quedarse disfrutando de aquel banquete, de
esas expresiones de tanto extrañaba, como ver los ardientes gestos su delfín tras
morderse los labios o abrir maravillosamente sus ojos al sentir que su miembro había
tocado fondo dentro de él. El tocar sus tonificados glúteos le hicieron
recordar cuanto los extrañaba cada noche cuando su espera que le hizo eterna. Sentir
otra vez su respiración sobre sus labios le pedía al momento ser eterno, tratando
con todas sus fuerzas de atrasar la salida de su néctar.
Junsu comenzó
a tocarse y bombear su erección, aumentado los gemidos y gritos. Yoochun quien
ya no aguantaba más retiro su húmedo y pulsante miembro de la entrada de Junsu
y lanzo sus fluidos al miembro de este que reposaba en su barriga. Junsu se
sintió avergonzado y no miraba a los ojos de Yoochun quien lo limpiaba
delicadamente.
Al terminar
Chunnie se recostó a un costado del delfín quien lo miraba plácidamente. Juntaron
sus labios una vez más y Yoochun paso su brazo por detrás de la espalda de Junsu,
quien somnoliento y tímido se apoyo en el pecho del mayor.
- Junsu, ¿Quieres volver a ser mi novio? – pregunto entrelazando
sus dedos junto con los de Junsu.
continuará...
Solo diré Uff Uff!!! jaja.. Buenisimo, pero sigo sufriendo por Yunho, el hombre incomprendido, eso le pasa por tener amigos tan sexymente heterosexuales como Changmin
ResponderEliminarSaludos Chicas! (:
oh jae esos malditos celos que no lo dejan vivir en paz todo iba tan bien para que agarro el cel de yunho y lo reviso nunca busques lo que no quieras encontrar ya bes lo que pazo por estar de chismoso mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm solo espero y jae ya con la mente fría entienda y busque a yunho pu es el ni estaba enterado de lo que traía en el cel conociendo lo celoso y explosivo que es jae no creo que el hubiera puesto esas fotos hay junsu le a echo realidad la fantasía erótica a yoochun ufffffffffffffff por fin sintió yoochun lo que siente junsu cuando el va a bajo ahora si pueden cambiar los papeles dependiendo el animo de cada uno o lo cansado que estén para ser el pasivo ooooooooooooooooooooh el activo ha ha
ResponderEliminarEsos celos te hacen daño, te enloquecen, jamás aprenderá vivir sin el... Ya no se enojen y comprendanse...
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