Capitulo V: Noche de insomnio
Finalizamos este fic que hace mucho guardaba, con el mágico reencuentro del YunJae que significaba el primer lemon que escribí. Saludos a todas y no olviden comentar para seguir escribiendo y compartiendo el amor por los chicos.
(SHINee
- Sleepless Night)
Yunho
le dio a Jaejoong un beso como si fuera la primera vez que ambos se demostraban
su amor. Sentía miedo y terror de no ser correspondido, sin embargo para el
menor aquel roce de labios, temeroso y torpe significaba mucho. La simpleza y
la calidez de ese pequeño contacto era revivir cada minuto de la hermosa
relación de aquella que surgió tras esos duros días en Japón, donde bastaron
las miradas, el roce de sus manos y el roce de sus labios para comprender que
estarían juntos hasta el minuto en que sus vidas tomaron caminos distintos.
Yunho
atrajo por la cintura a Jae quien no podía más con el calor, el aroma y la presencia
del hombre al cual amaba, ya que había soñado con volver a besar esos labios y
hace mucho que estaba dispuesto a entregarse a él, pero todavía se sentía
ahogado y triste por lo ocurrido entre ellos.
El
moreno por su parte trataba de trasmitirle seguridad a Jae, pero no lo lograba,
parecía rígido e inmóvil. Yunho lo comprendió. A su mente llegaron las imágenes
de una cálida tarde de diciembre hace muchos años atrás, cuando sus caricias,
roces y besos se intensificaron cada vez más, segados en el deseo de fundir sus
cuerpos y sus almas. Y se vio en la misma situación, cuando Jae había detenido
toda escena romántica con el miedo de avanzar un paso más allá, quedándose
estático. Era miedo repitió en su mente, estaba seguro, pero… ¿cuál era la
razón? Se separo del castaño y lo miro.
-
Yo… no se… - dijo Jae
-
Jae… ¿qué sucede? – comento tomando sus mejillas, buscando su mirada que
lucía triste.
-
Yunho, yo creo que… - Y Jae no pudo terminar aquella frase porque un roce
contra sus labios lo detuvo.
-
Te mentí y lo sé – soltó Yunho apoyando su frente en la del castaño. – Se que
fui un cobarde todo este tiempo pero te lo dije… yo necesitaba protegerte –
dijo aquellas palabras buscando la mirada de su amado.
-
Yo… -
-
Hoy estoy aquí porque me arrepiento de haberte dejado solo – dijo Yunho con
firmeza pero con la tristeza de haber estado equivocado por tanto tiempo.
-
Nunca me dejaste solo –
-
¿Cómo que no?, si lo hice… - y Jae lo beso apasionadamente – Pero…
-
Tu siempre estuviste aquí – señalo Jae tomando la mano de Yunho, aprisionándola en su corazón.
-
Jae, no sé cómo puedes ser el hombre más hermoso y gentil que haya conocido en
este mundo – dijo eso abrazando a Jae fuertemente, para posar su cabeza en el hombro de
él. - Se que no puedo exigir nada de ti, se que todavía existe el rencor y la
herida no sana, pero si tuviese que decirlo una y mil veces más para que me
creyeras te lo diré… Te amo JaeBoo – y se acurruco en esos brazos del menor.
-
Yunho, yo también te amo...pero tengo miedo -
-
Lo sé -
-
No… no lo sabes. Tengo miedo de despertar y no tenerte a mi lado. Que me dejes nuevamente…,
que mañana este maldito cuarto este vacío. –libero Jae aquellas palabras soltándose del moreno y una lagrima corrió por su mejilla.
-
Lo sé, y duele que pienses eso. No podemos estar juntos como quisiera hacerlo,
correr contigo por la ciudad, besarte en la calle sin que nadie nos diga nada,
sin que esa maldita empresa me lo impida y todos los demás que se interponen
ante esto. – dijo Yunho con enfado y dolor. Lo sabía, su historia era difícil
de comprender para muchos, y a la vez entendía lo doloroso que fue para él y
para Jae todo el tiempo que estuvieron separados. No quería volver a sentir la
falta de aire, el sufrimiento en lo más profundo de su ser, no quería que el
hombre al que amaba sintiese eso tampoco, quería hacerlo feliz y estaba
dispuesto a todo ello. Mientras repasaba todo eso en su cabeza pudo observar
como Jae se sentó en la cama y cubrió su cara con sus manos. Había sido dura su
respuesta pero prefería estar allí en la oscuridad de esa habitación dándose
una nueva oportunidad a ese amor a no tener nada en que aferrarse, a no tener a
su Jae cerca – Lo siento… de verdad, perdóname – susurro, sentándose a su lado.
- Los dos cometimos
errores -
-
Jae Te amo, no dudes de ello, se que dije muchas cosas pero siempre te he
amado. Lo abrazo oliendo su cabello, el perfume de su cuerpo y se perdió en
esa sensación de tranquilidad y seguridad que solo una persona podía
entregarle.
Se quedaron un rato
disfrutando de la compañía del uno como del otro, besándose en la
habitación de Jae, la cual fue testigo del sufrimiento de él y hoy lo era del
reencuentro de ambos.
- Hazme el amor…. –
dijo Jae mirando a Yunho.
-
Jae… – seco sus lágrimas. Y le sonrió. Le invito a entrelazar sus manos y se
levantaron. Lo atrajo con sus brazos y lo apretó contra él. Entendía que se
necesitaban más que cualquier complemento, tanto como el día a la noche, más
que a su propia vida, lo necesitaba para el poder seguir viviendo, simplemente
como el aire para respirar. Fueron segundo o minutos en lo que lo observo contemplando la blanca piel y pasos sus manos por sus mejillas, las que se
tiñeron de rojo tanto de vergüenza como de pasión. - Quiero tenerte nuevamente
en mis brazos como cada mañana. Tu sonrojándote porque yo me despertaba antes y
te observaba desnudo a mi lado – comento, mientras pegaba su cuerpo contra el
de Jae – Tu piel y mi piel juntas nuevamente, tu calor, tu aroma, - y recorrió
con su nariz el cuello del castaño - tu figura, más delgada que nunca –
mientras su manos resbalaban delicadamente por la cintura de Jae – tu siempre
has sido todo para mí y lo que me pidas lo haré, lo juro -
Yunho
sintió como Jae lo besaba de una manera lenta y pausada. Quería morir si fuese
necesario tras ese contacto físico y fuera lo único que existiese en el mundo.
Sintió como entrelazaba sus manos alrededor de su cuello, como también sus
piernas que fueron tomadas por él subiéndolas hacia la altura de su cintura,
intensificando el juego de sus labios hasta volver a caer en la cama.
Ambos
tenían la respiración acelerada porque la fuerza de los besos, caricias y el
roce de sus cuerpos había aumentado, quedando Yunho sobre el cuerpo de un
tímido Jae que se estremecía cada vez que sus lenguas se entrelazaban con
pasión. Se quedaron observándose mutuamente como si en esos segundos pudieran
desnudarse el alma con el solo contacto de sus ojos. Se amaban y con locura pero ambos ahora sentían miedo de que este momento se acabara.
Yunho
creía que si bien hizo muchas veces el amor con Jae, había pasado el tiempo y
aquella escena era como volver a descubrir un camino. Un recorrido que no sabía
cómo iniciar, pero le ansiaba avanzar y seguir cada pista hasta llegar a su
destino. Apreciaba volver a tener entre su ser el alma gemela que tanto espero
encontrar en otro lugar, siempre supo que esa alma se remitía a esa esbelta
figura que le hacía desear perderse en el tiempo. No quería equivocarse y
arruinar todo nuevamente. Quería demostrarle a Jae cuanto lo amaba y fundirse en
un abrazo, entregarse en cada beso y en el movimiento de sus manos inquietas y
todo lo que fuese necesario para que supiera que lo amo y le amara siempre.
Hacía mucho tiempo que había detenido sus juegos de seducción. No volvió a
enamorarse de ningún hombre, tampoco tuvo la instancia de compartir intimidad
con algún extraño, le aborrecía pensar en ello, porque no hubo otro que le
llamara la atención como Jae. Sin embargo, se encontró una que otra vez
acompañado de una mujer después de una noche de copas. Se justificaba en que
ellas podían representar la esbelta figura del castaño por la pequeñez de su
cintura, pero sabía que era solamente sexo, y al notarlas a su lado se enfurecía y
las echaba del lugar.
Jae
sentía la presión de los ojos rasgados de Yunho. Sentía calor en sus mejillas y
quería sentir su piel contra él, tenerlo encima como muchas veces antes,
tampoco quería cometer error alguno. También tuvo la oportunidad de buscar
refugio en otros brazos, y muchos amigos que se acercaron con ese objetivo, ofrecer
una noche de pasión y desenfreno, pero que Jae se detenía y mandaba por la borda
todo intento de placer. Nunca en lo poco que se atrevió a buscar encontró esa
espalda, esos brazos, ese amor que traspasaba la barrera de lo carnal e iba
mucho más de lo que el mundo podía imaginar.
Yunho
acomodo los cabellos del mayor para verle mejor, con su otra mano se apoyaba en
la cama. Jae lo atrajo en un beso lleno de pasión y deseo, se necesitaban y
extrañaban estar así, querían de todas formas volver amarse como la primera
vez. Habían pasado años de penas y angustias. Hoy eran dejadas de lado para dar
paso al perdón y creer en el poder de ese amor que profesaban.
(DBSK
9095)
En aquella escena
de deseo y el amor, Yunho se saco la polera y Jae lo observo, cuando la mano
del moreno tomo la de él y la puso en su pecho.
- Tócame... Jaejoong -
- Yunho ah…. -
Y
así lo hizo recordando ese cuerpo que hace mucho no tocaba. Se sentía torpe,
pero de apoco fue tomando confianza en cada caricia. Yunho recorría por debajo
de la polera de Jae, delineando su cuerpo con sus dedos sin cortar la furia de
sus besos, bajando a su cuello y volvía a su mentón, a su rostro y labios,
quería revivir aquellos momentos. Se colocó a horcajas de Jae entre sus
piernas y lo hizo sentarse, sacando la polera para volver a besar el cuello,
bajando y lamiendo cada espacio que pudiera. Jae volvía a sentirse vivo cada
vez que las manos y la lengua del moreno repartían por su cuerpo y solo quería
disfrutar de ello. Yunho se detenía mordiendo sus pezones y volvía a morder sus
delgados hombros, lamer y besar, perdiéndose en la seducción de la suave y
blanca piel de Jae, quien suspiraba y respiraba agitadamente. El sudor comenzó
a florecer, el peso de uno contra el otro solo se hacía ligero y confortable,
era una mezcla perfecta en la que ambos se perdían.
Mientras
se infundían en abrazos y besos Jae quedo sobre Yunho, tocando su pecho, recorriendo
entre más lamidas y mordidas por el abdomen del moreno. Pero de un minuto a
otro volvió a quedar bajo el. Le gustaba esa sensación de sentirse entre
acorralado y protegido. Volvieron a fundirse en más besos cuando el moreno fue
recorriendo con su mano lentamente cada porción de esa piel, extendiendo su
mano hasta rozar aquella zona que ya hacia despierta hace mucho rato. Introdujo
su mano debajo del pantalón de Jae, produciendo que éste emitiera un ruido de
placer. No pudo más ante aquel sonoro llamado que el castaño le dio, desabrocho
el pantalón mientras seguía besando a Jae desenfrenadamente, dejándolo de un
minuto completamente desnudo sobre la cama.
Yunho
mordió y lamio todo lo que encontró en su recorrido, desde esos labios rojos
intensos hasta llegar a la erección de Jae. Tomo de ella con firmeza y comenzó
a bombear desde arriba hacia abajo. Jugó un poco con ella hasta que la llevo a
su boca. Llevaba mucho tiempo que no sentía el sabor de Jae y hoy lo deseaba
más que nunca. Jae por su parte dejaba salir sonidos de su boca, mientras que
otras veces dejaba sus labios entreabiertos. Cerraba los ojos de vez en cuando
para disfrutar, mientras tiraba del pelo de Yunho.
La pasión era máxima, los sonidos en esa habitación eran el canto de dos
cuerpos que se volvían a reencontrar y amar como nunca.
Después
de esa contienda entre la boca de Yunho y las caderas de Jae, este se corrió
sintiéndose temblar de una forma magnífica e inimaginable. La boca de su amado,
no reparo segundo en absorber ese dulce y delicioso néctar, tragando hasta la
última gota de aquella cálida esencia. Observo como el mayor respiraba
agitadamente, posicionado su antebrazo sobre su rostro cubriéndolo, subió en
busca de sus labios.
-
No te preocupes… esto siempre lo hicimos Jae – dijo regalándole una sonrisa.
-
Lo sé, pero es tan… -
-
Te extrañaba de todas las formas existentes, y esta era una de ellas. -
-
Yunho ah… - la agitación de Jae era máxima y sus mejillas sonrojadas de igual
forma.
-
Tu eres el que me vuelve loco – atrapo su labios -
-
¿Loco…?- interrogo separándose para contemplar la repuesta de los labios de Yunho.
-
Si, Boo, ....de placer… - y ataco nuevamente fundiéndose en esos labios cálidos y profundos.
En esa lengua que recorría cada rincón de su boca y a la vez de unía con la de
él.
Entre
más besos, risas y sonrojos, Jae se levanto dejando a un Yunho sentado en la
cama sonriendo bobamente al observar como el otro lo tomaba guiándolo al
centro de la habitación y lo abrazaba.
La luz de la ciudad y la misma oscuridad
permitían ver la blanca y deliciosa apariencia de Jae. Lo tocaba sin tapujos y
recorría cada rincón con sus manos y sus besos. El moreno quedo sin pantalones
de un minuto a otro. Jae detuvo la fogosidad de sus lenguas y se encargo de
rodear la espalda de Yunho, mordisqueándola y lamiendo, tomando fuertemente sus
glúteos, apretando y diciéndole al odio:
- Voltéate, quiero
sentirte Yunho ah… -
Hizo
caso de la orden dada y fue recibido con un beso, que se acompaño con la
presión de sus cuerpos y la hombría de cada que uno que se rosaba con
intensidad.
- Jae, te he dicho que ahh… que te amo, y seguían en el desenfreno
y la emoción de aquel juego de caderas,
- Si… mmhh… repítelo – y Yunho le
repetía entre jadeos que lo amaba.
Jae
lo miro y le transmitió tanto amor, seguridad como a la vez pasión, aquella que
estuvo durmiendo por años y ahora despertaba más intensa que nunca. Bajo
delicadamente para darle placer a su novio. Tomo de su erección y comenzó a
masajear de arriba hacia abajo, deteniéndose en la punta de ella, lamiendo lo
más posible, como si fuese el mas adorado caramelo. Yunho disfrutaba el momento
de pie en esa habitación y sentía que podía caer tras la corriente eléctrica
que recibía tras cada lamida. El castaño apoyo sus manos en el trasero del
moreno y lo contrajo hasta que su garganta sintiese la presencia de su hombría.
Volvió a lamer desde la base a la punta varias veces sintiendo los gemidos de
Yunho, era una nueva danza que se acompañaba de sonidos roncos y deleites de
una lengua que probaba de un banquete. Reparo en que dicha erección estaba
lista para el siguiente paso y se puso de pie mirando a Yunho.
-
¿Me dejaras así… JaeBoo? - dijo jadiando, mientras el castaño lo besaba.
-
No tonto, te qui…. - Y fue atacado entre unos besos que Yunho le
regalo.
-
Lo sé, ya entendí… solo que dímelo – marco una sonrisa entre sus labios.
-
Ya… ahh, te quiero… Yunnie no seas así,….- sonrío entre esas miradas de
fogosidad y calor.
-
Sin duda extrañaba esto, que te sonrojes por decir palabras sucias, vamos dilo…
-
-
Quiero…. No puedo Yunnie – dijo golpeándole el brazo en un gesto leve y
vergonzoso, haciendo un puchero ante la mirada de el moreno.
-
¿Quieres…? Preguntaba mientras se tocaban mutuamente por todo el cuerpo.
-
Te quiero…. Ahh Yunnie, está bien! … te quiero dentro de mí… -
-
Tú lo dijiste Jae… -
Yunho
tomo todo el protagonismo de esa escena llevando con fuerza a Jae contra la
pared, quedando el mayor posicionado de espalda en relación a él, sintiendo la
fría pared en su cara y pecho, pero el calor de Yunho recorría su columna y sus
brazos. Besaba su cuello y viajaba por su espalda, recorría la columna del
castaño como el camino que había decido explorar nuevamente, estaba feliz de
encontrarlo y sentirse nuevamente en casa.
Le
hizo respirar cada vez más rápido, necesitaba prepararlo. Introdujo uno de sus
dedos por la cavidad de Jae, tocando la humedad de sus paredes internas,
disfrutando de la intromisión que hacía, el castaño se estremeció de pies a
cabeza. Al cabo de terminar de preparar esa pequeña cavidad y de introducir
tres dedos, un agudo gemido inundo la habitación.
- Lo siento Jae…-
agrego mientras volteaba su cuello y rostro para besarle con ternura.
- No lo sientas…,
hazlo ya ahh, te necesito dentro….- entre jadeos comento el mayor.
- Ok Boo. -
Y
lo hizo, introdujo su pene, sintiendo la estrechez de esa cavidad como también
los gemidos, y lo sintió temblar.
– Había olvidado lo grande que era…ahh
–comento Jae mientras con sus manos se sostenían en la pared
– Boo perdona… –
le decía, besándole el cuello y la espalda, tomando sus caderas para acomodarse
de la mejor forma posible.
Después
de unos segundos de encontrarse en esa dilatada y húmeda zona, se acostumbro a
la intromisión y se dejo mimar entre palabras de amor y seducción que Yunho le entregaba.
Las primeras estocadas fueron lentas, incluso se podría decir que dolorosas e
incomodas pero Jae pudo acostumbrarse a ello. Sintió como el vaivén de caderas
comenzó a ser más intenso y placentero en el momento que él le señalo al moreno
que era el momento de seguir. El roce se hizo constante, placentero,
satisfactorio y delicioso para ambos. Eran la armonía perfecta del encuentro de
dos amantes que sufrieron la ausencia de uno y otro, quedando en esos instantes
el amor expuesto en su máxima expresión.
- ¡Jae!…. Mmhh,….. ¡Voltéate
ahora!– pidió Yunho entre jadeo
- No ¿estás loco?,
no podre hacerlo… Yunho… ahh….nooo -
- Lo haremos,
necesito ver tu rostro. -
Saco
su pene y tomo a Jae entre sus brazos avanzando posicionándose sentados ambos
en la cama. Aquella acción fue cosa de segundos. Lo introdujo nuevamente y
quedaron en medio de ese espacio, entre la respiración cortada, el sudor, y el
vaivén de caderas. Jae se aferraba a la espalda del moreno, como posicionaba su
rostro en el cuello del mismo, mientras que el otro le ayudaba a masturbarse,
sincronizando los movimientos entre sus cuerpos y la erección.
Pocos
minutos más, el calor y la presión los atrapo compartiendo la sensación de felicidad,
placer y amor al desencadenar ese orgasmo que llego inundando la habitación con
esos gemidos, derramando en el interior de Jae la esencia del moreno como en
sus abdomen la de él. Cayeron rendidos besándose cortamente porque sus
respiraciones continuaban agitadas.
El
moreno lo rodeo por la cintura y lo ayudo a acomodarse en la cama, lo cubrió
con las sabanas junto a él, apoyando su pecho en su regazo. Se quedaron en
silencio disfrutándose de la intensidad y las sensaciones que todavía recorrían
sus cuerpos.
-
Yunho ah… Te amo -
-
Yo también Te amo – sonrío de oreja a oreja como un perfecto enamorado.
-
Te extrañaba mucho, no quiero que esto acabe –
-
No sucederá.. te lo dije.. te necesito como el aire para respirar – comento Yunho cantando la estrofa de Picture of You
-
Yunho ah, deja de decir eso, a veces era muy cursi – y lo miro sonrojándose
nuevamente.
-
Yo cursi… Jajaja – le acaricio el cabello y tomo de sus mejillas – y ¿tú?
Sabias que eres tan caliente, frío y a la vez dulce –regalándole un beso.
-
Yunnie déjame… - Se acomodo en sus brazos entrelazando las piernas con las de
él, cuando cayó en cuenta de esas palabras. – ¿lo escuchaste? -
-
Obvio que lo hice y me fascino, sin duda, era la única forma en la que podía
escuchar tu voz, perderme en tus pensamientos y emociones. Aunque me surge una
duda hace mucho tiempo….¿Kiss B, es para mí? -
-
Idiota –
-
Pero que dije – anda dime… JaeBoo –
-
Todas se referían a lo que siento por ti – sentándose en la cama mirando en
dirección contraria.
-
Te amo, más que nunca y no lo escondas, con tu álbum creo que fui el fans más
feliz – y lo tomo dejándolo bajo su cuerpo repartiéndole besos por todo su
rostro.
-
Norul Saranghae! – entrelazando sus brazos en su cuello. – pero deja de hacer
eso, ¡déjate! … Jajaja ¡Jung Yunho ahora!
Y
entre cosquillas, risas y besos siguieron compartiendo durante la noche y el
amanecer. Volaron en los brazos de Morfeo, irradiando la alegría de sus almas y
sus corazones por volver a nacer, a sentir y creer en la persona que amaran
hasta el fin de sus días.
El amor no es algo fácil ni
tampoco imposible, pero depende de la constante que prima entre los momentos
buenos y aquellos un tanto oscuro. El saber sobrellevar las pruebas que deben
atravesar en el camino que realizan juntos, puede transformar y fortalecer la unión
de dos seres humanos, de manera inquebrantable y permanente a lo largo del
tiempo. Ellos han logrado salir adelante en estos días, superando los
obstáculos más difíciles, no sabemos que les depara el futuro, pero sin duda,
el amor vencerá por sobre todas las cosas.
FIN
Me encanto la hitoria! Me hizo sufrir por partes! Porque Yunho es muy tonto y le dijo cosas muy feas a Jae! Pero al final arreglaron todo :3! Gracias por compartir! : D
ResponderEliminar